Enero- abril 2024 -
Volumen 6 - No. 16
ISSN: 2708 – 7794
ISSN-L: 2708 - 7794
Pp 48 - 60
Metodologías colaborativas y dialógicas en la enseñanza
de pedagogía a maestros universitarios: un ejemplo en Colombia
Collaborative and dialogic
methodologies in teaching pedagogy to university
teachers: an example in Colombia
María Ávila
avilamaria2010@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-1221-6469
California State University, Dominguez Hills, Estados Unidos.
Byron Medina Delgado
byronmedina@ufps.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-0754-8629
Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta,
Colombia
Sergio Castro Casadiego
sergio.castroc@ufps.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-0962-9916
Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta,
Colombia
Recibido:
06 de septiembre 2023 | Arbitrado: 15 de octubre 2023 | Aceptado: 23 de
noviembre 2023 | Publicado 05 de enero 2024
Resumen
En este ensayo la intención ha
sido compartir una experiencia de entrenamiento de pedagogía a docentes de
ingeniería electrónica en Colombia en el verano de 2021, usando esto como una
oportunidad para crear un espacio de aprendizaje donde entrenador y
participantes puedan enseñar y aprender colaborativamente. Al reflexionar en esta experiencia, se exploró la relevancia
que el crear este tipo de espacio
tiene con métodos de enseñanza y de investigación colaborativos
y participativos, y con docentes de diferentes disciplinas. En base a
esta reflexión, combinado con un cuestionario con retroalimentación de los
participantes al final del entrenamiento y con
una revisión de literatura latinoamericana relevante al tema, los coautores
establecieron la importancia del uso de dichos
métodos para ir más allá de métodos
de enseñanza tradicionales en los cuales el docente imparte
cátedra y los estudiantes o participantes escuchan
pasivamente.
Palabras clave:
Pedagogía; participativa; profesores; universitarios;
entrenamiento; Latinoamérica
Abstract
In this
essay, we shared an experience
and lessons learned through a training for faculty in electronic engineer in Colombia in the summer of 2021,
in which trainer and participants were able to
teach and learn collaboratively. The authors’ reflection, combined with an
evaluation with training participants at the end of the training and with Latin-American literature review relevant to the
topic, all led them to
establish the importance of using participatory teaching and learning methodologies that go beyond
more traditional methodologies
that tend to be unilateral, whereby faculty lecture and students or participants
passively listen.
Keywords:
Pedagogy; participative; university; professors; training; Latin America
Este entrenamiento de pedagogía para maestros de ingeniería
electrónica en una universidad en Colombia se llevó a cabo en junio de 2021.
La entrenadora realizó
este proyecto en su papel de profesora de trabajo
social en una universidad en el área metropolitana de Los Ángeles, California,
en EUA. El entrenamiento consistió en tres talleres, divididos en cuatro
grupos, de tres a seis participantes por grupo, para cumplir con medidas de
salud pública debido al alto nivel de contagios del coronavirus
en ese entonces. Por esto, durante los talleres con cada uno de los grupos, la
entrenadora y todos los participantes usaron mascarillas cubre bocas. Siguiendo la metodología de
enseñanza colaborativa y participativa, los temas cubiertos en los talleres fueron
identificados durante varias conversaciones semanas antes del entrenamiento de
manera virtual y, en persona un día antes del entrenamiento con docentes y
directivos envueltos en este proyecto. Tales temas incluyeron:
a.
Prácticas de alto impacto (High
Impact Practices: HIPs) (Kuh and Kinzie, 2018).
b.
Observación de clases (coevaluación entre
docentes).
c.
Revisión y discusión
de micro-currículos (syllabus).
d.
Taxonomía de Bloom en la era digital (Churches,
2009).
e.
Diseño de rúbricas
para evaluar/calificar (Amaya,
2020).
f.
Investigación basada
en enseñanza académica y vínculos comunitarios (Avila, 2017 y 2023).
Reflexionando
sobre este entrenamiento, dos años más tarde, la entrenadora y dos profesores participantes
en el entrenamiento identificaron estas preguntas:
¿Cuál es el papel de la educación colaborativa y participativa en el
entrenamiento de docentes universitarios?
¿Qué
relevancia tiene esta metodología para docentes de disciplinas cuyo enfoque
principal se considera técnico y diferente
a otras disciplinas enfocadas en las ciencias
sociales? ¿Qué papel tiene el relato narrativo biográfico y el compartir
de anécdotas en este tipo de disciplina técnica? Regresaremos a estas
preguntas al final de este ensayo, compartiendo así nuestras conclusiones.
El resto de este ensayo se desarrolla en forma
narrativa
por ser este un método que enriquece la enseñanza colaborativa y participativa, desde las perspectivas de cada uno de los coautores. Las siguientes secciones se enfocan en metodologías
y prácticas que sirven como contexto teórico
en el que se ubican las prácticas utilizadas en el entrenamiento. Después de estas secciones, los tres coautores
comparten sus experiencias durante el entrenamiento.
Esta parte del ensayo inicia con un recuento de la conexión entre las metodologías colaborativas
usadas en el entrenamiento y la narrativa personal de la entrenadora, para luego elaborar
en cuanto al marco teórico de dichas metodologías.
Las metodologías ya mencionadas caben dentro de la sombrilla
de teorías transformativas y holísticas tales como
investigación de acción participativa (relacionada con metodologías de investigación acción participativa e
investigación emancipatoria, entre otras metodologías
encaminadas a la justicia social), y constructivismo social. El uso de estas
metodologías tiene origen en mi carrera como organizadora comunitaria la cual
realicé antes de mi carrera académica. En Estados Unidos, de 1990 al 2000, fui organizadora en Nuevo
México y en California siguiendo el modelo de organización comunitaria
utilizado por la red organizativa Industrial Areas Foundation (IAF,Fundación de Áreas Industriales), la cual fue creada
por Saul Alinsky en Chicago
en 1940, y en la actualidad se practica en varias ciudades en EUA y varios
países incluyendo la Unión Británica y Alemania.
Cuando dejé mi trabajo con IAF empecé mi carrera profesional como universitaria. Fui directora de un centro cuyo objetivo
es vincular la educación
universitaria con experiencia comunitaria en todas
las disciplinas, a lo cual se
le conoce como service-learning o community
based learning (Avila, 2017). Por medio de mi trabajo en este centro tuve
la oportunidad de integrar mi experiencia como organizadora comunitaria, realizando
reuniones individuales con docentes de diferentes disciplinas para aprender
sobre sus intereses, experiencias y opiniones en cuanto a este tipo de
pedagogía experimental y con enfoque social. Este tipo de evaluación de intereses y percepciones
de gente que puede participar en programas o proyectos organizativos es la base de mi
entrenamiento como organizadora con IAF, y fue una
parte muy importante para formar relaciones con los maestros que se beneficiarían de los objetivos del centro del cual fui directora.
Así fue como descubrí que mi entrenamiento como organizadora podía ser
transferido al ámbito universitario, descubriendo durante mis estudios de
doctorado, los cuales culmine en 2012, y que el tipo de organización comunitaria en el que fui entrenada, tiene bastante semejanza con métodos de investigación
relacionados con la investigación participativa y de acción. Estas metodologías han evolucionado a lo largo de mis investigaciones
de doctorado, postdoctorado, y como profesora universitaria.
Entre los teóricos
y autores que he estudiado en cuanto a dichas metodologías se encuentra el Colombiano Orlando Fals
Borda (2007), uno de los líderes
principales en el movimiento enfocado en investigación acción de los años 1970, quien explica que este movimiento se enfoca en una búsqueda
interdisciplinaria por métodos de investigación que fueran más humanos y
holísticos, con enfoque de justicia social. Citando a Borda: “Recordemos como
mis colegas y yo, de países del tercer mundo, fuimos articulando desde los años 1970 nuestro
pensamiento y acción, combinando, como decíamos, corazón y cabeza para proponer
técnicas y procedimientos que satisficieran nuestras angustias como ciudadanos
y como científicos sociales” (2007, p. 9). Borda explica que las conversaciones con
investigadores de varias disciplinas fueron difíciles, sobre todo en cuanto disciplinas con tendencias hacia
metodologías de investigación positivista. Para abordar tal tensión entre
disciplinas, Borda explica que en estas conversaciones trataban de evitar
establecer, “hipótesis a priori, ni ninguna práctica establecida. Aconsejábamos recurrir
a un pausado ritmo de reflexión y acción que permitiera hacer ajustes
por el camino de las transformaciones necesarias, con participación de los
autores de base” (pp. 11-12).
El enfoque de justicia social,
el de no establecer
hipótesis a priori y el uso de la reflexión con espacio para ajustes de
acciones específicas escuchando las voces de todos los participantes en tales
conversaciones es muy parecido a las prácticas que utilizaba en mi trabajo como
organizadora comunitaria, y que continúo usando en contextos académicos. También
se relaciona todo esto con metodologías
narrativas y dialógicas que Freire usaba en su trabajo con campesinos en Brasil
(Freire, 1995), y tiene también relevancia con teorías de constructivismo social.
El marco teórico
y misión del Instituto Taos,2 cuyo propósito es el
de promover teoría y prácticas constructivistas, elabora aquí sobre
constructivismo social: “La teoría y la práctica constructivista encuentran su
significado, sus valores
y acción al relacionarse
los individuos unos con otros.
Por medio de este
proceso relacional creamos el mundo en el cual queremos vivir y trabajar.”
Con base en esto, en la práctica del constructivismo, la
relación se lleva a cabo por medio de diálogo y conversación, encontrando y
generando así, conjuntamente, significado en cuanto a temas abordados. De tal manera que…” Cuandogeneramossignificadocolectivamente, al mismo tiempo creamos el futuro.” Cofundadores
del Instituto Taos Kenneth y Mary Gergen
elaboran acerca del constructivismo social en
su libro Social Constructivism: Entering The Dialogue
(Constructivismo Social: Entrando el Diálogo, 2004), afirman que la verdad solo
la encontramos cuando convivimos y conversamos
con otros. “En este sentido, constructivistas no aceptan verdades
universales, o Verdades con V
mayúscula, lo que a veces se conoce como Verdad Transcendental” (p. 19). Los Gergen ilustran esto con la conocida frase “la luna es de queso.” Su aserción es que el
significado es contextual. Por ejemplo, entre un grupo de poetas no sólo es
posible que su respuesta sea que sí, que la luna es de queso, y que hasta sea
posible que los poetas respondan que “la luna es
la diosa antigua, Diana” (p. 20). De esta manera, “el constructivismo social nos
libera de la tarea de tratar de decidir cuál tradición, conjunto de valores,
religiones, ideologías políticas o éticas es la Verdad trascendental o correcta…todas tienen
validez para diferentes grupos o comunidades” (p. 21). Desde esta
perspectiva podemos abrirnos a construir realidades que emergen de
conversaciones con otros,
aprendiendo así con y
de ellos.
Estos marcos teóricos de investigación participativa y de acción y
de constructivismo social hicieron posible
que alguien como yo, sin que
mi especialidad fuera ingeniería electrónica o pedagogía sino educación
participativa y organización comunitaria pudiera
facilitar un espacio en el que
los participantes y yo creamos juntos nuestra realidad de enseñanza y aprendizaje, reconociendo los valores y
tradiciones académicas del grupo, y juntos creando así una agenda de talleres
que fueran de beneficio a los participantes y, donde yo utilizara
mis metodologías de investigación participativa dialógica, narrativa y relacional
mientras aprendíamos con, y unos de otros.
En relación más directa al proyecto de pedagogía en Colombia que
compartimos en este artículo, descubrí con gran curiosidad y satisfacción
mientras cocreábamos la agenda para los talleres con
participantes, que la universidad donde se condujo el entrenamiento ha adoptado
un modelo pedagógico dialógico crítico de enseñanza, con relevancia para todas
las disciplinas. Esto nos llevó a usar tal método como marco de referencia para
los talleres sobre todo en cuanto al tema de prácticas de alto impacto (High Impact Practices), el cual
cubrimos en los talleres, buscando relevancia con la enseñanza de ingeniería
electrónica.
En gran manera, el constructivismo social se vincula
con la educación transformativa,
un área en la que Jack Mezirow (1996) y Paulo Freire
(2005) se encuentran entre los teóricos más destacados. Ambos autores resaltan
la importancia del diálogo y la reflexión crítica por medio de lo cual el individuo
se ubica en, y entiende su realidad
política y social. Freire resalta también el valor que tiene el ubicar al
aprendiz en la narrativa personal.
Para usar un ejemplo relevante a docentes universitarios, hago
referencia aquí a Michelle Searle, Claire Ahn, Lynn Fels, y Katrina Carbone (2021),
quienes nos comparten
de un proyecto de
investigación narrativa con el propósito de reflexionar y analizar prácticas de
aprendizaje transformativo con sus estudiantes, concentrándose en métodos evaluativos de tales prácticas. Las autoras comentan
que su proyecto fue influenciado e inspirado por Freire (1995) y Mezirow
(1978a, 1978b) mientras enseñaban a sus estudiantes a reflexionar y participar
en conversaciones críticas encaminadas a desafiar sus propias creencias y el mundo
que los rodea. Las autoras agregan que, durante su proyecto de investigación narrativa y
dialógica, ellas experimentaron su propia transformación mientras aprendían
unas de otras en forma recíproca. De tal manera que esta forma dialógica
y narrativa contribuyó al desarrollo profesional de ellas como
profesoras universitarias. Las autoras hacen referencia a Clandinin
y Huber (2010) en cuanto a la investigación narrativa como proceso grupal por
medio del cual se aprende mientras los participantes comparten historias cortas,
se podría decir anécdotas, sobre sus experiencias.
Similarmente, Ibeth del Rosario
Morales Escobar y María Alejandra Taborda Caro (2021)
reportan lo que aprendieron de una investigación sobre identidad docente usando el método narrativo. Haciendo referencia a
Huchim y Reyes (2013); González (2016); García
(2016); y Godino (2017), las autoras afirman
que: “mientras narran
los participantes escuchan a otros, se escuchan a sí
mismos, integran la práctica pedagógica, los saberes disciplinares, los
procesos investigativos del aula; lo cual lleva a experiencias transformadoras,
mediante palabras generadoras que permiten analizar e interpretar las
realidades educativas” (p. 175). En suma, las autoras describen un proceso de
compartir historias y experiencias en un grupo conversacional e intencional, por medio del cual
los participantes definían su identidad como docentes.
A continuación, los profesores y participantes del entrenamiento y coautores de este ensayo comparten un poco de sus
reflexiones en cuanto a lo aprendido en el entrenamiento. Cuando este entrenamiento se llevó a cabo, uno de los dos coautores se encontraba a punto
de concluir sus funciones como decano de la Facultad de Ingeniería, después de lo cual regresaría a sus labores
como docente de tiempo completo. Como participante
en el entrenamiento él pudo evidenciar que la
metodología colaborativa y participativa permite a los docentes
enfrentar realidades del contexto para dar soluciones
prácticas, pero teniendo en cuenta el
desarrollo humano. Esta experiencia le permitió agregar nuevos elementos no
sólo a su labor administrativa sino a
su labor como docente ya que gracias a su posición pudo conectar la realidad
directiva con la realidad
del aula de clases. Por otro lado, el
segundo coautor se encontraba cursando sus estudios de Doctorado en
ciencias de la educación, además de su rol como docente. Al participar en este entrenamiento él pudo integrar elementos de la metodología colaborativa como
fundamentación a su tesis de grado, además de concluir que para un ingeniero
que imparte formación en ingeniería es relevante desarrollar investigación en las ciencias
sociales para aplicar
en el aula y profundizar en las realidades que van más
allá de la parte técnica.
Aquí elaboraremos sobre nuestras reflexiones de acuerdo con los
temas tratados en el entrenamiento, así como su relevancia para nosotros como
participantes. Para la apropiación del tema de las prácticas de alto impacto,
los docentes participantes del taller desarrollamos individualmente lecturas de
artículos de los autores George Kuh y Jillian Kinzie Write (2018),
reflexionando sobre los tipos de prácticas de alto impacto y
su aplicación, donde cada docente realizó un documento que resumía su entendimiento
del tema. Mediante la identificación de los diferentes tipos de prácticas de
alto impacto, los cuales incluyen seminarios
y experiencias de primer año, experiencias intelectuales comunes, comunidades
de aprendizaje, cursos intensivos de escritura, asignaciones y proyectos
colaborativos, investigación de pregrado y diversidad o aprendizaje
global, evidenciamos con satisfacción de que los participantes del
entrenamiento ya integrábamos en nuestros métodos de enseñanza la mayoría de este tipo de
prácticas, quizá no con la rigurosidad y la metodología propuesta por los autores
pero sí con el ímpetu y el compromiso formativo del estudiante.
Como mencionó antes la entrenadora, la metodológica de enseñanza colaborativa y participativa implementada en el taller, simpatizó con el enfoque
pedagógico dialógico crítico de la universidad donde se llevó a cabo este
proyecto, practicado cotidianamente por los docentes. Con base en esta
metodología de enseñanza, los participantes experimentamos todas las
actividades formativas del taller en un escenario de enseñanza-aprendizaje,
aportando a la construcción colectiva del conocimiento mediante intercambio de ideas, discusión, trabajo cooperativo,
autoevaluación y coevaluación.
Una de las actividades más importantes
en el entrenamiento fue la coevaluación entre
docentes, la cual se dividió en dos etapas. Primero, los docentes se observaron
impartir clases, las cuales
se habían grabado
debido a que la enseñanza durante la pandemia era virtual. Segundo,
los docentes participaron en un conversatorio en donde se identificaron estrategias y recursos utilizados en las clases,
al mismo tiempo que se daban retroalimentación unos a otros. La metodología implementada, de observar y conversar, contribuyó a la reflexión del proceso
de coevaluación, con el intercambio de experiencias del ejercicio
docente en el aula. Estas reflexiones
y conversaciones se realizaron en un contexto de respeto, empatía y crecimiento personal y profesional. Luego de la coevaluación,
teniendo en cuenta la retroalimentación suscitada en el conversatorio, cada docente
revisó en detalle el micro-currículo
de las materias que orienta, con el propósito de reflexionar y exponer
en plenaria las mejoras y actualizaciones que se le pueden realizar a cada
micro-currículo. Esta actividad complementó el
proceso de coevaluación y les permitió a los docentes
actualizar sus estrategias, actividades y revisión
de la literatura, con base en la hoja de ruta normativa de cada materia.
En la siguiente etapa del entrenamiento, los docentes participantes reflexionamos sobre la taxonomía de Bloom en la era digital (Churches, 2009). Así aprendimos de la necesidad de actualizar la taxonomía de Bloom con el fin
de tener en cuenta tanto las prácticas tradicionales del aula como también los
nuevos comportamientos, acciones y oportunidades de aprendizaje que aparecen a
medida que las tecnologías de la información y las comunicaciones avanzan
y se vuelven más omnipresentes. La combinación de los diferentes
niveles de aprendizaje tales como recordar, comprender, aplicar,
analizar, evaluar y crear con la
realidad digital fue de gran utilidad para los participantes en el
entrenamiento y de especial relevancia para clases
sobre temas técnicos
tales como ingeniería electrónica. En cuanto al diseño
de rúbricas, luego de discutir aspectos teóricos y prácticos sobre el tema, los
participantes realizamos una actividad por medio de la cual diseñamos rúbricas
cualitativas y cuantitativas para utilizar en nuestras asignaturas. Finalmente,
discutimos sobre el importante papel que desempeñan las universidades en
la sociedad.
Con
base en la experiencia adquirida y los temas que se impartieron en el taller, hemos
notado que los aportes a través del tiempo y después de dos años se mantienen,
entre los ejemplos relevantes tenemos:
•
Para continuar con el proceso de observación
y coevaluación entre docentes de una forma colaborativa y consensuada, hemos
formado dos grupos diferentes para comparar resultados y posibles
diferencias entre los dos grupos. Uno de estos grupos se basa en un formato
diseñado y estructurado, y el otro en
un formato libre
y sin diseño o estructura específica.
•
En cuanto a la caracterización inicial de los estudiantes, los docentes ahora toman
en cuenta su situación
socioeconómica y contractual
laboral, nivel de formación académica, científica y cultural, como insumo para
el diagnóstico de la asignatura que se orienta.
•
Se ha integrado como rutina la revisión y actualización continua
de micro-currículos.
•
Se lleva a cabo también como rutina la actualización de rúbricas
por parte de los docentes con iniciativas en sus asignaturas.
•
Se integra la aplicación de prácticas de alto impacto en algunas
asignaturas.
En resumen, con el entrenamiento se realizó una retrospectiva
técnica y pedagógica sobre el proceso
de enseñanza aprendizaje que realizamos los docentes del
programa de Ingeniería Electrónica de la universidad donde se realizó
el proyecto. La novedad principal del taller consistió en que las reglas de juego de cada actividad desarrollada fueron acordadas en consenso y en
ningún momento se impuso ninguna actividad, todo el taller fue colaborativo,
participativo y acordado
por la entrenadora y los participantes, siendo diferente ya que
normalmente en este tipo de talleres que hemos participado, se realizan
exposiciones magistrales
por parte de los ponentes, con un par de actividades prácticas con
formatos impuestos, haciéndolos aburridos y poco participativos (ver figura 1 y 2, mostrando fotos de los participantes
envueltos en actividades de grupo).
Otro aspecto nuevo para los participantes fue la integración de nuestras narrativas personales y profesionales al principio del entrenamiento, lo cual nos hizo ver la utilidad que esto puede tener en las clases que
impartimos. Es decir, que podemos compartir un poco sobre nuestra narrativa con
nuestros estudiantes y pedirles a ellos que compartan sus narrativas para agregar un aspecto social al enfoque de los
temas curriculares impartidos.
Figura 1. Actividades de grupo
Figura 2. Participantes en actividades grupales
La importancia de actualizar las metodologías tradicionales de
educación
Para añadir al contexto en el que se desarrollaron los talleres
de entrenamiento y evidenciar la relevancia que tales metodologías
colaborativas tienen actualmente, cabe hacer un recuento sobre el estado actual de métodos
de educación en Latinoamérica, comentando de paso con base en mi experiencia en EUA, que lo
que se describe como un sistema de educación anticuado en Latinoamérica no es muy diferente
que la situación existente en muchas partes de EUA. Confieso que antes
de escribir este ensayo
y reflexionar sobre el proyecto
que realicé en Colombia, no había leído mucho sobre la
realidad en cuanto al sistema
educativo fuera de EUA, específicamente en Latinoamérica.
Mientras investigaba literatura para este ensayo aprendí que los métodos de investigación discutidos hasta ahora tienen
relevancia en cuanto a la necesidad de actualizar métodos de enseñanza más
tradicionales, y en respuesta a reformas educativas en varios países. Así, por
ejemplo, Megaly Robalino Campos abordando el tema para América
Latina y el Caribe (2005), alude a la educación tradicional
en forma crítica como algo
predominante y “asociado principalmente a la transmisión unidireccional de
información, a la memorización de contenidos, a una escasa autonomía en los
diseños y evaluación curriculares, a una actitud pasiva frente al cambio
e innovación educativa, y a un modo de trabajar de
carácter individual más que cooperativo” (p. 9). La autora añade que tal educación
tradicional tiene también repercusiones en la falta de involucramiento por parte de docentes en asuntos
relacionados con las instituciones donde trabajan y con el sistema educativo y su conexión
con la sociedad en general. Es decir, el rol de docentes es reducido
al aula de clases, lo cual, de acuerdo con Robalino
Campos, ubica al docente en “una situación
pasiva respecto a la gestión
y a la política educativa. Lo sigue manteniendo como instrumentalizador de currículos prediseñados, como simple
ejecutor de decisiones ajenas y, a pesar de ello, como el casi único responsable de los
resultados de aprendizaje de sus estudiantes” (p. 10).
Entre las razones por las cuales tal panorama
existe, la
autora menciona la ausencia de valorización
y prestigio social
hacia la profesión docente, y también a que muchas de las reformas educativas han sido diseñadas sin
incluir las voces de docentes y otros agentes relevantes para la educación. Agregando que “Todo o casi
todo está predeterminado en los “‘manuales,’ ‘guías,’ ‘libros del profesor,’ ‘talleres’" (p. 10). La autora agrega
que no obstante que se menciona,
y hasta “se insiste en la necesidad de contar
con docentes innovadores que investiguen y sistematizan nuevo conocimiento; aunque hay un consenso de que se requiere un
nuevo docente capaz de desenvolverse en escenarios complejos y que acceda y
emplee las nuevas tecnologías de información y comunicación; al momento de abordar su formación, el desarrollo
de la profesión y su protagonismo, se eligen
las mismas vías del pasado: capacitación y más capacitación…” (p. 10).
Robalino Campos, aunque critica el estado actual de la educación y el rol de
los docentes, ofrece también un análisis más amplio de algunas
de las raíces de fondo para tal situación. De tal forma, agrega
cuestiones tales como sistemas evaluativos que se enfocan en actividades y
habilidades específicas, a veces punitivas, y no al desarrollo profesional y personal del docente.
Así
afirma que “La carrera profesional, entendida
como el sistema
que regula la trayectoria de los
docentes desde su ingreso hasta su jubilación, ha tenido pocos cambios en la
mayoría de los países. Los requisitos de ingreso, condiciones y mecanismos de contratación, el
desarrollo profesional, el escalafón, las regulaciones salariales, los incentivos, la evaluación y el retiro,
además de tener débiles conexiones entre sí, han tenido escasas modificaciones” (p. 16). La autora
concluye su análisis haciendo hincapié en la importancia, urgencia tal
vez, de que el trabajo de docencia no será mejorado si no se atiende al conjunto de factores tales
como capacitación,
evaluación, aumento salarial
y otros factores en una forma integrada que incluya intervención
intersectorial y en el contexto de políticas educativas.
Agregando al contexto de América Latina, Alberto Galaz Ruiz,
Mariela Sonia Jiménez- Vásquez y Ángel Diaz-Barriga
en un estudio comparativo del desempeño docente en Chile y en México (2019) en cierta manera elaboran en cuanto a las
consecuencias de la ausencia de
participación de docentes en la creación de políticas que pretenden establecer
estándares para evaluar al docente. El tema de evaluación tiene resonancia para
el proyecto enfoque de este ensayo porque los docentes con los que cocreamos la agenda y currículo incluyeron la evaluación
entre ellos mismo como docentes. Compartiré después el resultado de esta parte del entrenamiento. Por ahora, me parece importante que Galaz Ruiz y sus colegas
critican los sistemas
de evaluación utilizados en Chile y en México, afirmando que los dos
países optan por un sistema “más conservador y el menos
formativo, aquél que se caracteriza por su carácter externo a la
práctica educativa (no desde, ni para la escuela); por su origen hetero-evaluativo (por sobre los beneficios de la auto o coevaluación), así como por estar centrado en el
rendimiento individual (no en la práctica pedagógica como una construcción social y colectiva), con fines de medición
y clasificación (no de construcción); y por promover decisiones que privilegian más
las consecuencias (sanciones y castigos) y menos a las oportunidades
(reconocimiento y desarrollo profesional) (p. 196). Agregan que, aunque se han
establecido sistemas evaluativos que pretenden alcanzar niveles altos de
calidad educativa para que, al compararse con otros cuyos rankings
sean más bajos.
Sin embargo, los autores afirman que “Las evidencias corren
más bien a favor
de los países y sistemas
evaluativos que confían y reconocen a sus profesoras y profesores, que
generan condiciones laborales dignas, finalidades colectivas, reflexión y cooperación” (p. 196). Hay bastantes similitudes
en este estudio comparativo entre dos países en Latinoamérica y el análisis de Robalino
Campos sobre América Latina y el Caribe,
y sus argumentos son fuertes
por la actualización de lo que ellos consideran (y yo estoy de acuerdo)
enseñanza tradicional.
Empezamos
nuestras reflexiones sobre este proyecto con base en estas
preguntas, las cuales repetimos aquí:
¿Cuál es el papel de la educación colaborativa y participativa en el entrenamiento de docentes universitarios?
¿Qué relevancia tiene esta metodología para docentes de disciplinas cuyo enfoque
principal se considera técnico y diferente
a otras disciplinas enfocadas en las ciencias sociales? ¿Qué papel tiene
el relato narrativo biográfico y el compartimiento de anécdotas en este tipo de disciplina técnica? Ofrecemos
aquí un resumen de lo que concluimos en cuanto estas preguntas.
¿Cuál es el papel de la educación colaborativa y participativa en el entrenamiento de docentes universitarios? Con base
en este proyecto de investigación en acción, aprendimos que la educación
colaborativa y participativa en el entrenamiento de docentes universitarios,
permite ampliar el horizonte del proceso enseñanza-aprendizaje, involucrando como actor principal al estudiante y específicamente en ingeniería, relacionándolo con la solución de problemas de su entorno
para mejorar la vida en comunidad.
¿Qué relevancia tiene
esta metodología para docentes de disciplinas cuyo enfoque principal se considera
técnico y diferente a otras disciplinas enfocadas en las ciencias sociales? La
relevancia de esta metodología en la ingeniería que se considera más técnica
que social, es precisamente desmentir ese mismo hecho, y que a pesar de que la parte técnica
es de vital importancia, la enseñanza en ingeniería
abarca en gran medida las ciencias sociales, ya que se trata de generar
productos y servicios cuyo propósito es mejorar la calidad de la vida cotidiana
de las personas con integralidad y servicio.
¿Qué papel
tiene el relato
narrativo biográfico y el compartimiento de anécdotas en este
tipo de disciplina técnica?
El
relato narrativo biográfico y el compartimiento de anécdotas enriquece
la labor docente, ya que permite a
través de la experiencia de los compañeros, mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje, mejorar el manejo de
grupo y de herramientas en el aula y
comprender las situaciones sociales que presentan los estudiantes en diversos
contextos y asignaturas.
La enseñanza en ingeniería se apoya en la práctica para
fundamentar sus conceptos y teorías, por lo que una clase de un curso para la
formación en ingeniería no debe ser sólo teórica,
además debe involucrar al estudiante para que fortalezca sus destrezas y
habilidades a través del saber hacer. Por lo tanto, las capacitaciones y
talleres sobre pedagogía para orientar a los docentes deben corresponder con su
enseñanza práctica como se hace en la formación en ingeniería. El entrenamiento
en pedagogía mediante participación colaborativa entre pares y con acuerdos de
clase no impuestos sino en consenso con los participantes tal y como se diseñó
este entrenamiento, permite adentrarse en las rendijas de la práctica
pedagógica y abordar soluciones novedosas, ya que el docente
expresa a través de su experiencia las falencias del proceso formativo y con el
apoyo del grupo se exponen
alternativas pedagógicas que enriquecen el conocimiento del estudiante y la
labor del docente.
Tanto entrenadora como participantes embarcamos en este proyecto
con gran anticipación, y con un gran número de expectativas verbalizadas y otras no verbalizadas.
Para la entrenadora, aunque de origen mexicano,
no había
tenido la oportunidad de hacer trabajo académico en Latinoamérica por muchos
años, y tampoco en español. Esto daba lugar a cierta incertidumbre sobre
el tipo de recepción una vez
en Colombia. Por otro lado, este entrenamiento se realizó en el momento pico de la infección de Covid y
Colombia en ese tiempo se encontraba entre los niveles más altos de infección. También
en ese verano se veía en las noticias mundiales violencia en las calles
de varias ciudades colombianas, donde se reportaban muertes de jóvenes participantes en
protestas hacia el gobierno. Peso a todo esto, para la entrenadora esta era una
gran oportunidad de trabajar en Latinoamérica, retornando así a sus orígenes
como mexicana.
Los participantes, por otro lado, tenían la necesidad de cumplir
con ciertos requisitos relacionados con la acreditación de su programa,
y este entrenamiento cumplía con dos: impartir un entrenamiento pedagógico para los docentes, y la visita de un académico
internacional. Y mientras esto hacia claro su interés en recibir a la entrenadora, es indudable que
su entrenamiento académico en una disciplina no- técnica creaba cierta
incertidumbre en cuanto a la relevancia que su entrenamiento tendría para los
participantes, además de que habían hecho claro en su propuesta a Fullbright
que querían a un académico que fuera
totalmente bilingüe.
El tener la oportunidad de reflexionar juntos sobre lo que aprendimos y
experimentamos en un entrenamiento de tres semanas, dos años más tarde hace
posible que podamos cosechar tal aprendizaje para nosotros mismos, mientras lo
compartimos con quienes terminen leyendo este ensayo.
La forma utilizada
en este entrenamiento y lo que aprendimos colaborativamente como entrenadora y participantes tienen gran resonancia con metodologías
dialógicas de la teoría de
constructivismo social y con metodologías de investigación participativa y de acción. Lo aprendido también confirma
los comentarios de varios académicos citados en este
ensayo sobre la necesidad,
urgencia incluso, de la actualización
de metodologías pedagógicas que van más allá de metodologías más tradicionales en las cuales se imparten
clases y entrenamientos
en forma unilateral diseñadas e impartidas por docentes y entrenadores. Nuestra
esperanza es que este ensayo
sirva como reflexión para el futuro de la educación universitaria para estudiantes y
para entrenamiento de docentes en
varias disciplinas.
Este proyecto fue realizado con apoyo financiero del Programa de
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