Mayo - agosto 2025 - Volumen 7 - No. 20

ISSN: 2708 - 7794

ISSN-L: 2708 - 7794

Pp 70 - 80

 

Convivencia escolar y aprendizaje dialógico: una mirada desde la ruralidad

 

School Coexistence and Dialogic Learning: A View from Rurality

 

Miguel de los Santos Arias Delgado

miguel.ariasd2024@uted.us

https://orcid.org/0009-0007-3143-8661

University of Technology and Education, Florida, Estados Unidos

Marcela Aravena Domich

domich2@yahoo.com

https://orcid.org/0000-0002-6951-0960

University of Technology and Education, Florida, Estados Unidos

 

https://doi.org/10.37260/merito.i7n20.8

 

Recibido: 10 de diciembre 2024 | Arbitrado: 15 de enero 2025 | Aceptado: 25 de febrero 2025 | Publicado: 15 de mayo 2025

 

Resumen

Este ensayo aborda la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico en los contextos rurales. Se platea desde referentes bibliográficos, que la convivencia escolar debe encaminarse hacia la paz y el respeto, además de priorizar la resolución de conflictos sin necesidad de manifestaciones agresivas. Entidades nacionales e internacionales han aportado en iniciativas para la creación de ambientes seguros, permitiendo a las comunidades educativas realizar sus actividades de aprendizajes en la ruralidad. Las dinámicas escolares y la escuela rural deben responder a los desafíos que enfrenta la educación del siglo XXI. El diálogo como estrategia clave en la promoción de la inclusión en contextos rurales, requiere de la participación de la comunidad educativa; valorar la convivencia escolar en el ámbito rural, el  diálogo entre semejantes en un ambiente de respeto, donde la inclusión y colaboración se vuelven esenciales para desarrollar espacios de paz. Potenciar el valor del diálogo entre los actores educativos promueve entornos más sanos y agradables a la enseñanza-aprendizaje, permitiendo que las voces sean escuchadas. Como conclusión, el diálogo se aprende, igualmente, la sana convivencia, se deben promover este tipo de aprendizajes para la vida. Los entornos rurales son propicios para el logro de la paz en las comunidades. Diálogo y convivencia son dos aspectos centrales para la educación rural.

 

Palabras claves: Aprendizaje; Convivencia; Diálogo; Educación; Ruralidad

 

Abstract

This essay addresses school coexistence and dialogic learning in rural contexts. It is based on bibliographical references that school coexistence should be directed towards peace and respect, in addition to prioritizing conflict resolution without the need for aggressive manifestations. National and international entities have contributed in initiatives for the creation of safe environments, allowing educational communities to carry out their learning activities in rural areas. School dynamics and rural schools must respond to the challenges facing education in the 21st century. Dialogue as a key strategy in promoting inclusion in rural contexts requires the participation of the educational community; valuing school coexistence in rural areas, dialogue among peers in an environment of respect, where inclusion and collaboration become essential to develop peaceful spaces. Enhancing the value of dialogue among educational actors promotes healthier and more pleasant environments for teaching and learning, allowing voices to be heard. In conclusion, dialogue is learned, as well as healthy coexistence, and this type of learning should be promoted for life. Rural environments are conducive to the achievement of peace in communities. Dialogue and coexistence are two central aspects of rural education.

 

Keywords: Learning; Coexistence; Dialogue; Education; Rurality; Education; Rurality

 

INTRODUCCIÓN

La convivencia escolar caracterizada por las relaciones entre seres humanos en el ámbito de la educación, con base en el respeto, la tolerancia y la colaboración, es imprescindible para que los estudiantes tengan un buen desarrollo escolar. Sin embargo, en muchos centros educativos, la violencia, el acoso y el fracaso escolar son problemas recurrentes que conllevan a la afectación y el bienestar de todos los elementos que conforman la comunidad educativa. De este modo, se presenta este trabajo con el objetivo de comprender la importancia del diálogo en el aula como estrategia eficaz para mejorar la convivencia escolar y reducir los casos de violencia y deserción del aula, en especial en contextos rurales. A partir de una revisión literaria y análisis de diversas investigaciones, se explorará el concepto de diálogo como una práctica educativa que promueve la contención entre los estudiantes fomentando en los sujetos el activismo, el pensamiento crítico y la construcción de significados compartidos.

Se requiere de esfuerzos de consolidación de la paz, y la educación para la paz desempeña un papel fundamental. Para ello es necesario fomentar la sensibilidad a los conflictos y mejorar los conocimientos basados en competencias de los docentes en varios ámbitos (Ramírez et al., 2024).Es un reto para el sector educativo trabajar con chicos y chicas que aprendan a trabajar y  a mejorar las relaciones interpersonales; en este campo, los docentes desempeñan un papel fundamental, por eso es necesario que se involucren considerablemente ejerciendo un rol protagónico con los demás estamentos escolares ya que son estos los que se relacionan directa e indirectamente con ellos.

Bonilla (2022) quien realizó una investigación titulada: “Propuesta pedagógica sobre la enseñanza de resolución de conflictos en contextos escolares de básica secundaria en Colombia”, surge desde la posibilidad de trabajar con espacios que permitan los aprendizajes dentro de los contextos escolares. Para ello, considera como medio, la cátedra de la paz, dando cumplimiento al decreto 1038 y reglamentado por la ley 1732 de 2015 donde se establece que las instituciones educativas colombianas deben incluir la cátedra de la paz.

El ser humano está en una constante construcción de conocimientos, dentro y fuera de los entornos escolarizados, se puede decir que en todos los momentos de la vida; sin embargo, es en las aulas de clases donde se da una transformación hacia un ser innovador, pensante, culto, con valores que puedan reflejar a un individuo capaz de adaptarse a los cambios sociales, a la globalización enmarcada dentro del consumismo. Es por esto que se puede afirmar que la educación es la base para que los pueblos puedan superar los momentos de crisis tanto socioeconómicos, como culturales a los que se enfrenta en la actualidad. Para Dewey (1970), “la educación no es la preparación para la vida; la educación es la vida misma”. En otras palabras, la educación no debe ser vista como un proceso que antecede a la vida, sino como un hecho que forma parte integral de ella. En este proceso, se torna relevante “reconocer el impacto del sentido de pertenencia escolar en todos los actores involucrados. Todos necesitamos sentirnos incluidos, apoyados y valorados” (Hayward & Marshman, 2025, p.12)

Ante esta realidad, las instituciones educativas rurales deben tomar decisiones que sean eficaces, prácticas, ajustadas en lo contextual para poder alcanzar los objetivos sociales, económicos y políticos impuestos por los cambios sociales de los cuales no es ajena; tratar de ir mejorando los roles, ajustarse a las buenas prácticas convivenciales en los centros escolares ayuda en el ámbito educacional, aplicando las dinámicas que ofrece el sistema educativo, característico de los cambios y el devenir de la gestión educativa. A través del diálogo se pueden ir comprendiendo muchos aspectos que marcan la forma comportamental de los individuos, alcanzar objetivos a través de nuevas comprensiones, usar la convivencia como aporte educacional sobre el cual se pueden adquirir herramientas fundamentales como mejorar la atención y el comportamiento, necesarias en la adquisición de aprendizajes.

No se trata de hacer segregaciones dentro de los procesos escolarizados para “sacar” a aquellos jóvenes con problemas de indisciplina o violencia, más bien es buscar como vincularlos al espacio académico. Al respecto Flecha (1990), consideró que la educación no debe segregar a los estudiantes por niveles u otras formas de separación ya que esta medida perjudica a los estudiantes vulnerables produciendo en ellos efectos negativos en la continuidad escolar. De allí que, tener identificación de casos de convivencia no acordes al buen comportamiento debería conducir a una planeación de actividades desarrolladas por docentes y directivos en el marco de la escolarización.

Ahora bien, si se caracteriza el diálogo “como una forma de comunicación que requiere condiciones específicas, que está asociada a un proceso de indagación, incluye toma de riesgos y mantiene la igualdad” (Airo & Skovsmose, 2012. p. 150), en este sentido, la importancia del diálogo es relevante, cada vez que se pueden tomar decisiones subjetivas del comportamiento humano, indagar los motivos comportamentales que afectan o que beneficien las actividades curriculares y extracurriculares.

La convivencia escolar no es un proceso neutral y lineal, es un asunto de complejidad que responde a unas condiciones institucionales, culturales, religiosas y políticas; es decir, la forma en que se vive, demanda comportamientos asociados a paradigmas contextualizados, he aquí la importancia de los valores transmitidos en el seno de la familia. De ese modo, en la escuela, debe transformarse en una comunidades de aprendizaje, con la ayuda mutua en el proceso de aprender, el rol del profesor como un mediador entre el saber y los estudiantes (Bruner 2000), de tal manera, que se descarte la idea de crear aulas paralelas para estudiantes con comportamientos irreverentes, se trata de mantener un grupo heterogéneo, que pueda interactuar entre sí.

Para Chomsky (1988), el ser humano es un individuo con lenguaje y comunicación. La complejidad del diálogo discrepa del ámbito de las ciencias exactas en cuanto a la resolución de proceso, un estudiante no necesita conocer un tema con exactitud, pero con la ayuda de un compañero puede lograr entenderlo. Un discente no puede saber leer, pero si hay alguien que lo haga por él puede interpretar el contenido del texto; son situaciones que dan mérito al uso adecuado del lenguaje, de ahí que se pueda buscar la forma como ir reduciendo los casos que generan situaciones conflictivas intraescolares y extraescolares.  Por otro lado, Prieto y Duque (2009) hacen referencia a la importancia del trabajo considerando interacciones heterogéneas entre estudiantes considerados como iguales.

Para Perales (2014)

La convivencia es el reflejo de la cultura que se desarrolla en la vida cotidiana, implica el modo de ser de cada persona en interrelación con los otros, donde cada sujeto pone en práctica sus valores, creencias, percepciones, reflexiones, el conocimiento adquirido etc. “convivencia escolar”. Esta expresión inicialmente se vino utilizando en trabajos realizados en Argentina y España y permitió relacionar y articular diversos problemas escolares, generando una visión más sistémica de las problemáticas que tienen lugar en las escuelas, como la indisciplina, la violencia, el fracaso escolar y la exclusión. (p.16)

 

Son temas trascendentales en el campo educativo y un problema que a diario se refleja entre los escolares, el comportamiento ligado al contexto muestra de lo que se puede reflejar cuando el entorno es violento, marginado y lo peor, todos juntos más la mala asociación de la drogadicción, conduciendo al fracaso escolar, la deserción entre otros.

Las políticas de convivencia escolar ofrecen un marco regulatorio importante en los distintos países. Ofrecen posibilidades de encontrar puntos que puedan ayudar a solucionar conflictos ligados al contexto y la forma como este influye en el comportamiento de los estudiantes. Analizar cómo desde el aprendizaje dialógico se puede prevenir la violencia y reducir el consumo de drogas en los contextos rurales, hacer un trabajo que reivindique a la comunidad en edad de escolarización la motivación por el estudio e ir cerrando la brecha sobre deserción escolar.

Para la elaboración de este trabajo se empleó una metodología que se basó en la revisión literaria, la recopilación de datos, análisis y síntesis de fuentes académicas y documentales relevantes como estudios y publicaciones que abordan la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico enfatizado en la contextualidad rural, dichas publicaciones fueron escogidas de revistas indexadas para darle mayor rigurosidad al trabajo. Los temas abordados en el artículo son: políticas de convivencia escolar, escuela y ruralidad y por último aprendizaje dialógico en la ruralidad. Los estudios analizados resaltan que el aprendizaje dialógico favorece la construcción de conocimientos en los entornos rurales; la convivencia escolar se ve favorecida cuando se implementan estrategias basadas en el diálogo y la cooperación, reduciendo conflictos y apoyándose en el respeto y la colaboración. Aunque existen limitantes como la falta de recursos, la escasa formación docente en metodologías participativas ligado a la desigualdad al acceso tecnológico existen potencialidades como el esfuerzo del profesorado, los estudiantes y las demás personas del contexto para sacar adelante a los discentes en estos entornos.

 

1. Políticas para convivencia escolar

Desde este punto de vista se analizarán diversos enfoques que se hacen necesarios en el ámbito educativo con el fin de abordar los desafíos inherentes a la coexistencia entre los miembros de la comunidad escolar. Estas políticas pueden fomentar la unión y seguridad, propiciar el respeto para que haya un aprendizaje significativo, enfocado hacia entornos de paz y prevención de la violencia.

Una sana convivencia tiene como supuestos, entre otros, estar ajustada a las normas establecidas por quienes regulen y controlen las necesidades comunitarias, usando un lenguaje entendible ajustado a las diferentes necesidades que se generan en los entornos escolares (UNICEF, 2008) en este proceso, debe haber políticas institucionales claras que deben estar plasmadas en los Proyectos Educativos Institucionales, con el fin de brindarle a todos los estudiantes garantías de respeto, dignidad y velar por sus derechos.

El Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN, 2013) refiere a “la convivencia escolar como: la acción de vivir en compañía de otras personas en el contexto escolar de manera pacífica y armónica se refiere al conjunto de relaciones que ocurren entre las personas que hacen parte de la comunidad educativa” (s/p). Esta definición, muy acertada, subraya lo importante que son las relaciones entre personas que se encuentran en una comunidad y pertenecientes al ámbito educativo. Sin embargo, es fundamental ampliar esta perspectiva para incluir no solo la convivencia entre estudiantes, sino también las relaciones entre los dicentes, los educadores, el personal administrativo y familias.

El estado colombiano ha optado por un enfoque integral con el fin de promover la convivencia escolar, basado en la educación para la paz y los derechos humanos. Según el Ministerio de Educación Nacional, el objetivo es formar para la paz y la resolución pacífica de conflictos (MEN, 2013).

Decreto 1965 de 2013

 

  Colombia, refiere al restablecimiento de los derechos de los niños y las niñas como el conjunto de actuaciones administrativas y de otra naturaleza, que se desarrollan para la restauración de su dignidad e integridad como sujetos de derechos, y de su capacidad para disfrutar efectivamente de los derechos que le han sido vulnerados. (Art. 39)

 

Este enfoque se alinea con los lineamientos internacionales, como los establecidos por el Banco Mundial y la OCDE, que promueven la medición de resultados en materia de convivencia escolar.

La ley 1620 de 2013 y el decreto 1965 de 2013 constituyen el marco legal para la implementación de políticas de convivencia en Colombia. Estas normas establecen mecanismos de prevención atención y seguimiento de los casos de violencia escolar, así como la creación de comités escolares para fortalecer la gestión de la convivencia. Además, el MEN ha desarrollado una ruta de atención integral que incluye componentes de promoción, prevención, atención y seguimiento.

Con el propósito de apoyar al sector educativo, el MEN crea una ruta de atención integral para la convivencia escolar que se caracteriza por ser una herramienta establecida en la Ley de Convivencia Escolar para apoyar al sector educativo en el fortalecimiento del ejercicio de los Derechos Humanos y Enfoque de Derechos Humanos Sexuales y Reproductivos en la escuela; la mitigación de riesgos; el manejo de situaciones que afectan la convivencia escolar, y el seguimiento a lo que ocurre en los diferentes contextos y su manejo por parte de los Establecimientos Educativos. (Guía, N°.49, 2013)

Es importante señalar que el MEN orienta el proceso considerando una vía de alcance en los contextos educativos

 

se divide en cuatro componentes: promoción, prevención, atención y seguimiento. Cada uno de estos tiene una serie de objetivos orientados a fortalecer los procesos de formación para el ejercicio de la ciudadanía, los cuales se cumplen en el ámbito escolar cuando se diseñan, desarrollan y evalúan el conjunto de acciones. (Decreto 1965 de 2103.

 

A nivel mundial se estima que “el 32% de los estudiantes ha recibido intimidación de alguna forma por sus compañeros y compañeras en la escuela”, el género es un factor elemental que aumenta, en el caso de las mujeres, este tipo de situaciones (UNESCO, 2019, párr. 1). Situación tiene un grave efecto sobre los procesos educativos. Se estima que:

 

Más de 33 millones de niñas, niños y adolescentes en todo el mundo, se han visto obligados a huir de sus hogares, de los cuales alrededor de 10 millones han tenido que desplazarse fuera de sus países debido a conflictos y emergencias, casi la mitad de las personas refugiadas en edad escolar está fuera del sistema educativo. (Unicef, 2002, párr. 1)

 

En el ámbito nacional (2011), una encuesta determinó el grado de tolerancia y relaciones que se llevan a cabo entre las personas que cumplen función de actores directos en los entornos educativos en la ciudad de Bogotá –Colombia, se encuestaron 613 establecimientos educativos y 731.791 educandos pertenecientes al 56% al sector oficial y el 44% al sector privado, los resultados arrojaron que las localidades de Suba y Kennedy es donde hay la mayoría de los estudiantes, 15% y 12% respectivamente. El factor de la indisciplina es del 84,4% en ´promedio, el entorno escolar está afectado por presencia de pandillas en un 60%, lo que demuestra un alto grado de convivencia escolar bastante afectado (Valbuena, 2022).

Otro estudio realizado en 2009, a partir de un Observatorio de Educación, trabajó con 1642 estudiantes entre 6° y 11° de colegios públicos del departamento del Atlántico- Colombia. Los resultados de la investigación constataron que el 88,7% de los niños presenciaron situaciones de agresión, el 19,7% se reconocen como agresores y 40,7% se reconocen como víctima. Además, los abusos más frecuentes fueron las agresiones verbales (30,5%) poner apodos (46,3%) e insultos (25,7%) seguido de las agresiones físicas directas e indirectas; esconder las cosas (21,1%) pegar (13,5%) (Morcote & Guerrero, 2011).

Otros datos indican que en:

 

Latinoamérica el 51,1% de los estudiantes ha sido víctima de insultos, amenazas, golpes o robos. La agresión más frecuente fue el robo con un 39,4% seguida de la violencia verbal con un 26,6% y la violencia física con un 16,5%. Esto en países como Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú, República Dominicana y Uruguay. En Colombia la situación es preocupante, ya que por lo menos el 30% de los estudiantes de los colegios privados ha sido agredido físicamente. Esto lo ubica en el segundo lugar a nivel mundial en problemas de convivencia escolar relacionada al maltrato entre compañeros. (De Subiría Samper y Peralta Subiría, 2009, p. 21)

 

2. Escuela y ruralidad

Hablar de escuela y ruralidad implica la comprensión de las dinámicas educativas y sociales de los entornos rurales. Esto se debe a la relevancia de las instituciones educativas en estos contextos, la escuela se convierte en algo más que centros donde se imparten conocimientos académicos, está ligada a la cohesión comunitaria y el desarrollo regional; de igual forma, se enfrentan a desafíos que pueden incidir en el desarrollo académico (la falta de recursos, docentes laborando en áreas diferentes a sus perfiles, zonas de difícil acceso, falta de conectividad, infraestructuras deficientes, entre otros.) el aspecto cultural es otro factor que juega un papel determinante debido a que puede influir en la manera como se percibe y se valora la educación. Por tal razón, es determinante poder contar con reglas claras en educación que puedan promover la equidad y la inclusión, donde se les garantice a los estudiantes de la ruralidad una educación de calidad como se desarrolla en las cabeceras municipales. De igual manera, se debería promover la formación a los docentes rurales, así como el mejoramiento de la infraestructura escolares con el fin de crear entornos aptos para el aprendizaje.

Los entornos rurales constituyen “mundos” complejos, vinculados a las particularidades propias de esos entornos. En este sentido,  Vargas (2022) investigando sobre la convivencia y la ruralidad consideró que:

 

Resulta relevante visibilizar las dificultades y aprendizajes que se generan a partir de las metodologías empleadas, valorar su aporte para una educación rural pertinente e identificar los nuevos aprendizajes académicos, emocionales, sociales y políticos que se requieren en medio de la nueva normalidad en procura de la supervivencia de la especie humana y su convivencia en armonía con todo el entorno ecosistémico. (p. 45)

 

Consecuencia fundamental hacer un análisis sobre las dificultades y la potencialización sobre los conocimientos adquiridos a través de las metodologías que se aplican en contextos escolares rurales con el fin de identificarlos y replicarlos logrando éxitos académicos ligados al desarrollo y formación de los estudiantes y su buena relación con el medio ambiente. Dewey (1970) promovió la educación experiencial, el aprendizaje basado en la actividad y la relación de la escuela y la comunidad. Esto es un aporte fundamental debido al gran valor que se le puede dar al vincular las actividades que realizan las comunidades con la participación de la escuela para lograr aprendizajes significativos.

De otro modo, hay que destacar el papel que juega la familia en los procesos educativos ligados a la ruralidad, la vinculación de esta a la escuela, funcionando como ente socializador en el desarrollo del conocimiento y la adquisición de habilidades que le permitan a los estudiantes una participación adecuada dentro de la sociedad, para responder a las necesidades y las exigencias propias de cada individuo. Reyes & Westein (1994) sobre los estudios de las familias rurales, constatan la falta de atención en la solución los temas urgentes y de los problemas que tiene asociado vivir en la ruralidad. Difiriendo de esa postura casi universal, debido a que debe haber inclusión de todas las esferas sociales a los estudios que puedan identificar falencias y fortalezas para potenciar en cada situación; en este sentido, las sociedades rurales también pueden aportar al conocimiento significativamente, aunque se pueden encontrar dificultades que afecten el buen desarrollo de estas sociedades.

Desde una perspectiva sociológica, la escuela en las comunidades rurales aportan a la cohesión social, debido al papel activo que debe desempeñar, protagonizado por los diferentes actores educativos a través de una organización pedagógica ajustado a sus características (Abós, 2015). de este modo, la escuela ayuda a la unidad y la integración social en las comunidades rurales, involucrando a los educadores, los estudiantes, padres y comunidad en general, sus metodologías de enseñanza deben ser adaptadas a las características específicas de las comunidades; no se trata solamente de educar sino, fortalecer las comunidades para responder las necesidades.

Existe un factor que determina el aprendizaje en las escuelas rurales unitarias, donde un solo docente debe “manejar” cinco más grupos en el aula de clases, condicionando la enseñanza y el aprendizaje de dichos estudiantes; al respecto, Jiménez (2010) señala, que el tiempo y el espacio son esenciales a la hora de pensar la escuela.  Para De la Vega (2021), el contexto geográfico de la ruralidad permea las relaciones sociales y culturales. Ello debe tomarse en cuenta a la hora de organizar los procesos educativos desde la escuela. Los maestros deberán considerar estos elementos para desarrollar su rol educativo.

 

3. Aprendizaje dialógico en la ruralidad

La necesidad de priorizar el diálogo entre el estudiante y el docente se hace indispensables en la construcción del conocimiento, aún más en los sectores rurales que son más vulnerables en relación a lo urbano; es fundamental en la academia incentivar la participación activa, la atención y la colaboración en el aula para encontrar puntos destacados en los temas que se estén tratando.

Docentes y estudiantes tienen un rol decisivo al momento de emprender el largo camino del conocimiento, este no fluye en una sola dirección, se construye a través del compartimiento de ideas, a través de las conversaciones reflexivas. “Aunque, su concepción como un aspecto integral en la actitud de los docentes y, posteriormente, en la conversación en clase, no ha sido suficientemente analizada” (Rapanta, et. al2021, p. 4). De este modo, se presentan desafíos que deben ser abordados desde la criticidad de los actores educativos, ser conscientes de las situaciones problémicas, analizar sus causas para encontrar soluciones dialógicas y comprender su complejidad con el fin de ir tomando correctivos o, mejorando los ejercicios de diálogo.

Es importante señalar la significancia de “los discursos pacifistas en la escuela son efectivos cuando se asientan en una práctica educativa que soluciona los conflictos existentes en su seno, y por tanto, supera también sus causas” (Vargas & Flecha, 2000. p. 81); se hace necesario un diálogo convincente capaz de solucionar conflictos. Prieto & Duque (2009) señalan hincan la mirada en la importancia de las motivaciones y de los estudiantes para aprender. Situación que no siempre se tiene en cuenta. La vida de los educandos está llena de unos saberes que se toman como base para el aprendizaje significativo, el conocimiento se puede construir socializando y comunicando de manera respetuosa entre pares. El conocimiento surge del diálogo y la interacción; sin ellas, no hay posibilidad de aprendizaje verdadero (Freire, 1970).

El lenguaje y comunicación a los que alude Chomsky (1988) surge una idea, la capacidad de adaptación, respeto y entendimiento, indispensable para la participación en los contextos interculturales propios de los cambios que la humanidad procesa en su devenir histórico, no se hace parte de una cultura estática; por el contrario, se es más activo y cambiante lo que obliga a la adaptación contextual. Aunque según Prieto y Duque (2009), siempre se puede aportar conocimiento y por ello, es importante la interacción con otras personas. “El diálogo y la argumentación constructiva se concibieron como la base para fomentar una actitud dialógica inclusiva por parte de estudiantes y docentes” (Rapanta, et al. 2021, p. 4). En el ejercicio del dialogar de manera constructiva y horizontal, hace notar que “cuanto más inclusivos se muestran los docentes en su discurso, más estudiantes imitan esta estrategia con sus compañeros” (Rapanta, et. Al. 2021, p. 9). De ahí la importancia de practicar con el ejemplo se transforma en una función transformadora de cada individuo y para sociedad. Por eso, el maestro juega un papel fundamental dentro de este proceso, la escuela debería aportar desde la pedagogía estrategias para ir cerrando las desigualdades sociales; esta conjugación ayuda a disminuir la distancia que separa a la escuela, la familia y la comunidad, promoviendo un mayor aprendizaje del alumnado.

 

El aprendizaje dialógico recoge las principales implicaciones que el giro dialógico de las sociedades tiene para el aprendizaje, superando así antiguas concepciones de la enseñanza y el aprendizaje como las concepciones objetivas y constructivistas que fueron elaboradas en y para la sociedad industrial. (Valls & Muté, 2010. p. 12)

 

El aprendizaje dialógico está basado en el diálogo y la interacción como herramienta fundamental en el aprendizaje, no solo entre el docente y el docente; sino, con todo el ecosistema del cual está rodeado buscando la transformación curricular y la adaptabilidad a las exigencias de la sociedad actual.

 

En lugar de centrarse en lo que un estudiante no sabe hacer y en el discurso de la queja (“esa niña viene de un contexto familiar muy difícil, es normal que le cueste escribir bien”, “no saca buenas notas porque no sabe bien nuestra lengua, no se le puede pedir más”), el aprendizaje dialógico parte de la inteligencia cultural, no solo de todos los y las estudiante sino también de todas las personas adultas con las que el alumnado se relaciona. (Valls & Muté, 2010. p. 13)

 

Desde este punto de vista, las comunidades de aprendizaje desempeñan un papel fundamental, se aprovecha la aportación de cada uno de los individuos con los que el alumnado se relaciona en su contexto, tratando de encontrar la forma de superar los vacíos que los estudiantes tienen, estos pueden ser académicos o de comportamiento y en algunos casos emocionales; se busca contribuir a la transformación de las experiencias escolares de los estudiantes y encontrar mayor sentido al acto de aprender. Las actuaciones de éxito que se llevan a cabo en la escuela se convierten en un importante instrumento para hacer realidad los sueños.

López (2023) hace referencia a:

 

Las brechas y rezagos en educación que existen en ciertas comunidades, y que, en Colombia debido a la violencia, el conflicto social, el abandono por parte del estado hace que esta problemática se agudice en la educación en la ruralidad que es donde más se evidencia. (p.7)

 

En este sentido se busca desarrollar e implementar habilidades que potencien la enseñanza y propicien aprendizajes mediante las cuales los estudiantes puedan obtener conocimientos de si mismos, de sus compañeros, docentes y miembros de todo el entorno educacional.

Ahora bien, para comprender la educación rural en Colombia, se hace necesario centrar la atención en el modelo Escuela Nueva que surge en la década de los setenta como una alternativa para mejorar los problemas de acceso a la educación primaria por parte de la educación rural (Cadavid, 2021). Algunos alumnos son escasamente reflexivos en clases, realizan mecánicamente las operaciones básicas de matemáticas sin reconocer en qué tipo de problemas las debían utilizar como herramientas de solución (Juárez & Lora, 2018), sin embargo, la diversidad es un elemento clave en el planteamiento pedagógico del aula inclusiva, también lo son otros componentes didácticos, que han regido la escuela rural y posibilitan el desarrollo de prácticas inclusivas (Boix, 2021), desde otro punto de vista, la integración de la tecnología en la escuela rural ha permitido la renovación de las prácticas pedagógicas a través de nuevos enfoques metodológicos, reduciendo el aislamiento, promoviendo una educación abierta e inclusiva para la mejora de las oportunidades en los territorios rurales (Carrete y Peñafiel 2023).

 

CONCLUSIONES

Las políticas de convivencia escolar buscan fomentar entornos seguros, respetuosos, para que el aprendizaje fluya adecuadamente, resolviendo los conflictos a través del diálogo, enfocados en las necesidades de las comunidades, por lo que debe haber unas políticas educativas claras plasmadas en los Proyectos Educativos Institucionales, donde se vele por la dignidad y los derechos de los educandos. La integralidad en el proceso educativo busca la promoción de la convivencia escolar pacífica y armónica con el fin de formar ciudadanos respetuosos de la ley y capaces de resolver conflictos de manera pacífica.

El estudio de la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico en la ruralidad ha permitido ahondar en la comprensión de estos contextos y favorecimiento de los procesos escolares, participación y transformación de saberes con sus debilidades y fortalezas; el aprendizaje dialógico se convierte en una herramienta fundamental para el fortalecimiento de la convivencia escolar en los entornos rurales, donde las dinámicas las relaciones interpersonales juegan un papel fundamental en la construcción del conocimiento.

En este sentido, la convivencia escolar no puede desligarse de los contextos rurales, como la cercanía entre los actores educativos (docentes, familia, comunidad) y la necesidad de adaptar los procesos pedagógicos a las realidades contextuales de la ruralidad. El aprendizaje dialógico, promueve la participación activa de la comunidad educativa, indispensable para construir espacios de dialogicidad fomentando el respeto, la empatía y la resolución pacífica de conflictos escolares, lo que ayuda a la promoción de una convivencia armónica.

La integración del aprendizaje dialógico en la convivencia escolar en la ruralidad representa una oportunidad para la transformación e innovación de las prácticas educativas, permitiendo la democratización y la adaptación de los saberes pedagógicos a estos contextos.

La educación rural presenta un escenario trascendental en la formación integral de los estudiantes, donde niños y docentes se posicionan como actores fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, son estos el futuro de las comunidades rurales, su educación trasciende de los conocimientos académicos, implicando la transmisión de valores culturales, sociales y éticos, propios de los entornos en zona de ruralidad; el cuidado de la naturaleza, el pareció por la diversidad de su entorno, esencial para las prácticas y saberes ancestrales, promoviendo un desarrollo integral en los niños y niñas en edad de escolaridad.

Por otro lado, los docentes son los mediadores y facilitadores del proceso educativo en la ruralidad, su labor se sale del aula para involucrarse activamente en la vida comunitaria como actores de cambio y cohesión social. Los docentes rurales tienen el desafío de fomentar una educación contextualizada y significativa para sus estudiantes, demostrando capacidad de adaptación y creatividad para brindar una educación de calidad; son el referente de liderazgo y ejemplo para sus estudiantes, motivándolos a alcanzar sus metas y fortaleciendo el tejido social.

Finalmente, la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico visto desde la ruralidad, permite ir subsanando la brecha de desigualdad entre el casco urbano y la zona rural desde el aspecto educativo, buscando la reflexión de estas comunidades, la aceptación de las falencias en los entornos e ir subsanando en la medida que se vaya analizando cada situación que amerite una mejora apoyados en los procesos escolares.

Una reflexión trascendental en la correlación que hay entre la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico en contextos rurales es la reafirmación e importancia de enfoques participativos en educación, se evidencia la necesidad de repensar las políticas de convivencia escolar en Colombia desde una mirada más inclusiva y contextualizada. Como es bien sabido, las estrategias actuales buscan la promoción de una cultura encaminada hacia la paz en las Instituciones Educativas rurales, enfrentando desafíos estructurales como la falta de recursos y la poca capacitación al cuerpo de docentes. Queda plasmado en este artículo, que la integración del aprendizaje dialógico en las políticas de convivencia escolar en la ruralidad podría fortalecer la resolución de conflictos y la construcción de comunidades educativas con mayor cohesión. Sin embargo, queda pendiente la exploración de estrategias concretas para su implementación a gran escala, lo que abre la puerta a investigaciones y programas adaptados a las particularidades de la educación rural.

 

REFERENCIAS

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