Mayo - agosto
2025 - Volumen 7 - No. 20 |
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ISSN: 2708 -
7794 |
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ISSN-L: 2708 -
7794 |
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Pp 70 - 80 |
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Convivencia escolar y aprendizaje dialógico: una mirada desde la
ruralidad
School Coexistence and Dialogic Learning: A View from Rurality
Miguel de los Santos Arias Delgado miguel.ariasd2024@uted.us https://orcid.org/0009-0007-3143-8661 University of Technology and
Education, Florida, Estados Unidos |
Marcela Aravena Domich domich2@yahoo.com https://orcid.org/0000-0002-6951-0960 University of Technology and
Education, Florida, Estados Unidos |
https://doi.org/10.37260/merito.i7n20.8
Recibido: 10 de diciembre 2024 | Arbitrado: 15 de enero 2025 | Aceptado:
25 de febrero 2025 | Publicado: 15 de mayo 2025
Resumen
Este ensayo
aborda la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico en los contextos
rurales. Se platea desde referentes bibliográficos, que la convivencia escolar
debe encaminarse hacia la paz y el respeto, además de priorizar la resolución
de conflictos sin necesidad de manifestaciones agresivas. Entidades nacionales
e internacionales han aportado en iniciativas para la creación de ambientes
seguros, permitiendo a las comunidades educativas realizar sus actividades de
aprendizajes en la ruralidad. Las dinámicas escolares y la escuela rural deben
responder a los desafíos que enfrenta la educación del siglo XXI. El diálogo
como estrategia clave en la promoción de la inclusión en contextos rurales,
requiere de la participación de la comunidad educativa; valorar la convivencia
escolar en el ámbito rural, el diálogo
entre semejantes en un ambiente de respeto, donde la inclusión y colaboración
se vuelven esenciales para desarrollar espacios de paz. Potenciar el valor del
diálogo entre los actores educativos promueve entornos más sanos y agradables a
la enseñanza-aprendizaje, permitiendo que las voces sean escuchadas. Como
conclusión, el diálogo se aprende, igualmente, la sana convivencia, se deben
promover este tipo de aprendizajes para la vida. Los entornos rurales son
propicios para el logro de la paz en las comunidades. Diálogo y convivencia son
dos aspectos centrales para la educación rural.
Palabras
claves: Aprendizaje; Convivencia; Diálogo; Educación;
Ruralidad
Abstract
This essay addresses school coexistence and dialogic learning in rural contexts. It is
based on bibliographical references that school coexistence
should be directed towards peace and respect, in addition to prioritizing conflict resolution without the need
for aggressive manifestations. National and international entities have contributed in initiatives for the creation of
safe environments, allowing educational communities to carry out their
learning activities in
rural areas. School dynamics and rural schools must respond to
the challenges facing education in the 21st century. Dialogue as a key strategy in promoting inclusion in rural contexts requires the participation of the educational
community; valuing school coexistence in rural areas, dialogue among peers in an environment
of respect, where inclusion and collaboration become essential to develop
peaceful spaces. Enhancing the value
of dialogue among educational actors promotes healthier and more pleasant environments for teaching and learning, allowing voices to be heard.
In conclusion, dialogue is learned, as well as healthy coexistence, and this type of
learning should be promoted for life.
Rural environments are conducive
to the achievement
of peace in communities. Dialogue and coexistence
are two central aspects of rural education.
Keywords: Learning;
Coexistence; Dialogue; Education;
Rurality; Education; Rurality
INTRODUCCIÓN
La convivencia
escolar caracterizada por las relaciones entre seres humanos en el ámbito de la
educación, con base en el respeto, la tolerancia y la colaboración, es
imprescindible para que los estudiantes tengan un buen desarrollo escolar. Sin
embargo, en muchos centros educativos, la violencia, el acoso y el fracaso
escolar son problemas recurrentes que conllevan a la afectación y el bienestar
de todos los elementos que conforman la comunidad educativa. De este modo, se
presenta este trabajo con el objetivo de comprender la importancia del diálogo
en el aula como estrategia eficaz para mejorar la convivencia escolar y reducir
los casos de violencia y deserción del aula, en especial en contextos rurales.
A partir de una revisión literaria y análisis de diversas investigaciones, se
explorará el concepto de diálogo como una práctica educativa que promueve la
contención entre los estudiantes fomentando en los sujetos el activismo, el
pensamiento crítico y la construcción de significados compartidos.
Se requiere de
esfuerzos de consolidación de la paz, y la educación para la paz desempeña un
papel fundamental. Para ello es necesario fomentar la sensibilidad a los
conflictos y mejorar los conocimientos basados en competencias de los docentes
en varios ámbitos (Ramírez et al., 2024).Es un reto para el sector educativo
trabajar con chicos y chicas que aprendan a trabajar y a mejorar las relaciones interpersonales; en
este campo, los docentes desempeñan un papel fundamental, por eso es necesario
que se involucren considerablemente ejerciendo un rol protagónico con los demás
estamentos escolares ya que son estos los que se relacionan directa e
indirectamente con ellos.
Bonilla (2022)
quien realizó una investigación titulada: “Propuesta pedagógica sobre la
enseñanza de resolución de conflictos en contextos escolares de básica
secundaria en Colombia”, surge desde la posibilidad de trabajar con espacios
que permitan los aprendizajes dentro de los contextos escolares. Para ello,
considera como medio, la cátedra de la paz, dando cumplimiento al decreto 1038
y reglamentado por la ley 1732 de 2015 donde se establece que las instituciones
educativas colombianas deben incluir la cátedra de la paz.
El ser humano
está en una constante construcción de conocimientos, dentro y fuera de los
entornos escolarizados, se puede decir que en todos los momentos de la vida;
sin embargo, es en las aulas de clases donde se da una transformación hacia un
ser innovador, pensante, culto, con valores que puedan reflejar a un individuo
capaz de adaptarse a los cambios sociales, a la globalización enmarcada dentro
del consumismo. Es por esto que se puede afirmar que la educación es la base
para que los pueblos puedan superar los momentos de crisis tanto
socioeconómicos, como culturales a los que se enfrenta en la actualidad. Para
Dewey (1970), “la educación no es la preparación para la vida; la educación es
la vida misma”. En otras palabras, la educación no debe ser vista como un
proceso que antecede a la vida, sino como un hecho que forma parte integral de
ella. En este proceso, se torna relevante “reconocer el impacto del sentido de
pertenencia escolar en todos los actores involucrados. Todos necesitamos
sentirnos incluidos, apoyados y valorados” (Hayward & Marshman,
2025, p.12)
Ante esta
realidad, las instituciones educativas rurales deben tomar decisiones que sean
eficaces, prácticas, ajustadas en lo contextual para poder alcanzar los
objetivos sociales, económicos y políticos impuestos por los cambios sociales
de los cuales no es ajena; tratar de ir mejorando los roles, ajustarse a las
buenas prácticas convivenciales en los centros escolares ayuda en el ámbito
educacional, aplicando las dinámicas que ofrece el sistema educativo,
característico de los cambios y el devenir de la gestión educativa. A través
del diálogo se pueden ir comprendiendo muchos aspectos que marcan la forma
comportamental de los individuos, alcanzar objetivos a través de nuevas
comprensiones, usar la convivencia como aporte educacional sobre el cual se
pueden adquirir herramientas fundamentales como mejorar la atención y el
comportamiento, necesarias en la adquisición de aprendizajes.
No se trata de
hacer segregaciones dentro de los procesos escolarizados para “sacar” a
aquellos jóvenes con problemas de indisciplina o violencia, más bien es buscar
como vincularlos al espacio académico. Al respecto Flecha (1990), consideró que
la educación no debe segregar a los estudiantes por niveles u otras formas de
separación ya que esta medida perjudica a los estudiantes vulnerables
produciendo en ellos efectos negativos en la continuidad escolar. De allí que,
tener identificación de casos de convivencia no acordes al buen comportamiento
debería conducir a una planeación de actividades desarrolladas por docentes y
directivos en el marco de la escolarización.
Ahora bien, si
se caracteriza el diálogo “como una forma de comunicación que requiere
condiciones específicas, que está asociada a un proceso de indagación, incluye
toma de riesgos y mantiene la igualdad” (Airo & Skovsmose, 2012. p. 150), en este sentido, la importancia
del diálogo es relevante, cada vez que se pueden tomar decisiones subjetivas
del comportamiento humano, indagar los motivos comportamentales que afectan o
que beneficien las actividades curriculares y extracurriculares.
La convivencia
escolar no es un proceso neutral y lineal, es un asunto de complejidad que
responde a unas condiciones institucionales, culturales, religiosas y
políticas; es decir, la forma en que se vive, demanda comportamientos asociados
a paradigmas contextualizados, he aquí la importancia de los valores
transmitidos en el seno de la familia. De ese modo, en la escuela, debe
transformarse en una comunidades de aprendizaje, con
la ayuda mutua en el proceso de aprender, el rol del profesor como un mediador
entre el saber y los estudiantes (Bruner 2000), de tal manera, que se descarte
la idea de crear aulas paralelas para estudiantes con comportamientos
irreverentes, se trata de mantener un grupo heterogéneo, que pueda interactuar
entre sí.
Para Chomsky
(1988), el ser humano es un individuo con lenguaje y comunicación. La
complejidad del diálogo discrepa del ámbito de las ciencias exactas en cuanto a
la resolución de proceso, un estudiante no necesita conocer un tema con
exactitud, pero con la ayuda de un compañero puede lograr entenderlo. Un
discente no puede saber leer, pero si hay alguien que lo haga por él puede
interpretar el contenido del texto; son situaciones que dan mérito al uso
adecuado del lenguaje, de ahí que se pueda buscar la forma como ir reduciendo
los casos que generan situaciones conflictivas intraescolares
y extraescolares. Por otro lado, Prieto
y Duque (2009) hacen referencia a la importancia del trabajo considerando
interacciones heterogéneas entre estudiantes considerados como iguales.
Para Perales
(2014)
La
convivencia es el reflejo de la cultura que se desarrolla en la vida cotidiana,
implica el modo de ser de cada persona en interrelación con los otros, donde
cada sujeto pone en práctica sus valores, creencias, percepciones, reflexiones,
el conocimiento adquirido etc. “convivencia escolar”. Esta expresión
inicialmente se vino utilizando en trabajos realizados en Argentina y España y
permitió relacionar y articular diversos problemas escolares, generando una
visión más sistémica de las problemáticas que tienen lugar en las escuelas,
como la indisciplina, la violencia, el fracaso escolar y la exclusión. (p.16)
Son temas
trascendentales en el campo educativo y un problema que a diario se refleja
entre los escolares, el comportamiento ligado al contexto muestra de lo que se
puede reflejar cuando el entorno es violento, marginado y lo peor, todos juntos
más la mala asociación de la drogadicción, conduciendo al fracaso escolar, la
deserción entre otros.
Las políticas de
convivencia escolar ofrecen un marco regulatorio importante en los distintos
países. Ofrecen posibilidades de encontrar puntos que puedan ayudar a
solucionar conflictos ligados al contexto y la forma como este influye en el
comportamiento de los estudiantes. Analizar cómo desde el aprendizaje dialógico
se puede prevenir la violencia y reducir el consumo de drogas en los contextos
rurales, hacer un trabajo que reivindique a la comunidad en edad de
escolarización la motivación por el estudio e ir cerrando la brecha sobre
deserción escolar.
Para la
elaboración de este trabajo se empleó una metodología que se basó en la
revisión literaria, la recopilación de datos, análisis y síntesis de fuentes
académicas y documentales relevantes como estudios y publicaciones que abordan
la convivencia escolar y el aprendizaje dialógico enfatizado en la contextualidad rural, dichas publicaciones fueron escogidas
de revistas indexadas para darle mayor rigurosidad al trabajo. Los temas
abordados en el artículo son: políticas de convivencia escolar, escuela y ruralidad
y por último aprendizaje dialógico en la ruralidad. Los estudios analizados
resaltan que el aprendizaje dialógico favorece la construcción de conocimientos
en los entornos rurales; la convivencia escolar se ve favorecida cuando se
implementan estrategias basadas en el diálogo y la cooperación, reduciendo
conflictos y apoyándose en el respeto y la colaboración. Aunque existen
limitantes como la falta de recursos, la escasa formación docente en
metodologías participativas ligado a la desigualdad al acceso tecnológico
existen potencialidades como el esfuerzo del profesorado, los estudiantes y las
demás personas del contexto para sacar adelante a los discentes en estos
entornos.
1.
Políticas para convivencia escolar
Desde este punto
de vista se analizarán diversos enfoques que se hacen necesarios en el ámbito
educativo con el fin de abordar los desafíos inherentes a la coexistencia entre
los miembros de la comunidad escolar. Estas políticas pueden fomentar la unión y
seguridad, propiciar el respeto para que haya un aprendizaje significativo,
enfocado hacia entornos de paz y prevención de la violencia.
Una sana
convivencia tiene como supuestos, entre otros, estar ajustada a las normas
establecidas por quienes regulen y controlen las necesidades comunitarias,
usando un lenguaje entendible ajustado a las diferentes necesidades que se
generan en los entornos escolares (UNICEF, 2008) en este proceso, debe haber
políticas institucionales claras que deben estar plasmadas en los Proyectos
Educativos Institucionales, con el fin de brindarle a todos los estudiantes
garantías de respeto, dignidad y velar por sus derechos.
El Ministerio de
Educación Nacional de Colombia (MEN, 2013) refiere a “la convivencia escolar
como: la acción de vivir en compañía de otras personas en el contexto escolar
de manera pacífica y armónica se refiere al conjunto de relaciones que ocurren
entre las personas que hacen parte de la comunidad educativa” (s/p). Esta
definición, muy acertada, subraya lo importante que son las relaciones entre
personas que se encuentran en una comunidad y pertenecientes al ámbito
educativo. Sin embargo, es fundamental ampliar esta perspectiva para incluir no
solo la convivencia entre estudiantes, sino también las relaciones entre los
dicentes, los educadores, el personal administrativo y familias.
El estado
colombiano ha optado por un enfoque integral con el fin de promover la
convivencia escolar, basado en la educación para la paz y los derechos humanos.
Según el Ministerio de Educación Nacional, el objetivo es formar para la paz y
la resolución pacífica de conflictos (MEN, 2013).
Decreto 1965 de
2013
Colombia, refiere al restablecimiento de los
derechos de los niños y las niñas como el conjunto de actuaciones
administrativas y de otra naturaleza, que se desarrollan para la restauración
de su dignidad e integridad como sujetos de derechos, y de su capacidad para
disfrutar efectivamente de los derechos que le han sido vulnerados. (Art. 39)
Este enfoque se
alinea con los lineamientos internacionales, como los establecidos por el Banco
Mundial y la OCDE, que promueven la medición de resultados en materia de
convivencia escolar.
La ley 1620 de
2013 y el decreto 1965 de 2013 constituyen el marco legal para la
implementación de políticas de convivencia en Colombia. Estas normas establecen
mecanismos de prevención atención y seguimiento de los casos de violencia
escolar, así como la creación de comités escolares para fortalecer la gestión
de la convivencia. Además, el MEN ha desarrollado una ruta de atención integral
que incluye componentes de promoción, prevención, atención y seguimiento.
Con el propósito
de apoyar al sector educativo, el MEN crea una ruta de atención integral para
la convivencia escolar que se caracteriza por ser una herramienta establecida
en la Ley de Convivencia Escolar para apoyar al sector educativo en el
fortalecimiento del ejercicio de los Derechos Humanos y Enfoque de Derechos
Humanos Sexuales y Reproductivos en la escuela; la mitigación de riesgos; el manejo
de situaciones que afectan la convivencia escolar, y el seguimiento a lo que
ocurre en los diferentes contextos y su manejo por parte de los
Establecimientos Educativos. (Guía, N°.49, 2013)
Es importante
señalar que el MEN orienta el proceso considerando una vía de alcance en los
contextos educativos
se
divide en cuatro componentes: promoción, prevención, atención y seguimiento.
Cada uno de estos tiene una serie de objetivos orientados a fortalecer los
procesos de formación para el ejercicio de la ciudadanía, los cuales se cumplen
en el ámbito escolar cuando se diseñan, desarrollan y evalúan el conjunto de
acciones. (Decreto 1965 de 2103.
A nivel mundial
se estima que “el 32% de los estudiantes ha recibido intimidación de alguna
forma por sus compañeros y compañeras en la escuela”, el género es un factor
elemental que aumenta, en el caso de las mujeres, este tipo de situaciones
(UNESCO, 2019, párr. 1). Situación tiene un grave efecto sobre los procesos
educativos. Se estima que:
Más
de 33 millones de niñas, niños y adolescentes en todo el mundo, se han visto
obligados a huir de sus hogares, de los cuales alrededor de 10 millones han
tenido que desplazarse fuera de sus países debido a conflictos y emergencias,
casi la mitad de las personas refugiadas en edad escolar está fuera del sistema
educativo. (Unicef, 2002, párr. 1)
En el ámbito
nacional (2011), una encuesta determinó el grado de tolerancia y relaciones que
se llevan a cabo entre las personas que cumplen función de actores directos en
los entornos educativos en la ciudad de Bogotá –Colombia, se encuestaron 613
establecimientos educativos y 731.791 educandos pertenecientes al 56% al sector
oficial y el 44% al sector privado, los resultados arrojaron que las
localidades de Suba y Kennedy es donde hay la mayoría de los estudiantes, 15% y
12% respectivamente. El factor de la indisciplina es del 84,4% en ´promedio, el
entorno escolar está afectado por presencia de pandillas en un 60%, lo que
demuestra un alto grado de convivencia escolar bastante afectado (Valbuena,
2022).
Otro estudio
realizado en 2009, a partir de un Observatorio de Educación, trabajó con 1642
estudiantes entre 6° y 11° de colegios públicos del departamento del Atlántico-
Colombia. Los resultados de la investigación constataron que el 88,7% de los
niños presenciaron situaciones de agresión, el 19,7% se reconocen como
agresores y 40,7% se reconocen como víctima. Además, los abusos más frecuentes
fueron las agresiones verbales (30,5%) poner apodos (46,3%) e insultos (25,7%)
seguido de las agresiones físicas directas e indirectas; esconder las cosas
(21,1%) pegar (13,5%) (Morcote & Guerrero, 2011).
Otros datos
indican que en:
Latinoamérica
el 51,1% de los estudiantes ha sido víctima de insultos, amenazas, golpes o
robos. La agresión más frecuente fue el robo con un 39,4% seguida de la
violencia verbal con un 26,6% y la violencia física con un 16,5%. Esto en
países como Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú, República Dominicana y
Uruguay. En Colombia la situación es preocupante, ya que por lo menos el 30% de
los estudiantes de los colegios privados ha sido agredido físicamente. Esto lo
ubica en el segundo lugar a nivel mundial en problemas de convivencia escolar
relacionada al maltrato entre compañeros. (De Subiría Samper y Peralta Subiría,
2009, p. 21)
2.
Escuela y ruralidad
Hablar de
escuela y ruralidad implica la comprensión de las dinámicas educativas y
sociales de los entornos rurales. Esto se debe a la relevancia de las
instituciones educativas en estos contextos, la escuela se convierte en algo
más que centros donde se imparten conocimientos académicos, está ligada a la
cohesión comunitaria y el desarrollo regional; de igual forma, se enfrentan a
desafíos que pueden incidir en el desarrollo académico (la falta de recursos,
docentes laborando en áreas diferentes a sus perfiles, zonas de difícil acceso,
falta de conectividad, infraestructuras deficientes, entre otros.) el aspecto
cultural es otro factor que juega un papel determinante debido a que puede
influir en la manera como se percibe y se valora la educación. Por tal razón,
es determinante poder contar con reglas claras en educación que puedan promover
la equidad y la inclusión, donde se les garantice a los estudiantes de la
ruralidad una educación de calidad como se desarrolla en las cabeceras
municipales. De igual manera, se debería promover la formación a los docentes
rurales, así como el mejoramiento de la infraestructura escolares con el fin de
crear entornos aptos para el aprendizaje.
Los entornos
rurales constituyen “mundos” complejos, vinculados a las particularidades
propias de esos entornos. En este sentido,
Vargas (2022) investigando sobre la convivencia y la ruralidad consideró
que:
Resulta
relevante visibilizar las dificultades y aprendizajes que se generan a partir
de las metodologías empleadas, valorar su aporte para una educación rural
pertinente e identificar los nuevos aprendizajes académicos, emocionales,
sociales y políticos que se requieren en medio de la nueva normalidad en
procura de la supervivencia de la especie humana y su convivencia en armonía
con todo el entorno ecosistémico. (p. 45)
Consecuencia
fundamental hacer un análisis sobre las dificultades y la potencialización
sobre los conocimientos adquiridos a través de las metodologías que se aplican
en contextos escolares rurales con el fin de identificarlos y replicarlos
logrando éxitos académicos ligados al desarrollo y formación de los estudiantes
y su buena relación con el medio ambiente. Dewey (1970) promovió la educación
experiencial, el aprendizaje basado en la actividad y la relación de la escuela
y la comunidad. Esto es un aporte fundamental debido al gran valor que se le
puede dar al vincular las actividades que realizan las comunidades con la
participación de la escuela para lograr aprendizajes significativos.
De otro modo,
hay que destacar el papel que juega la familia en los procesos educativos
ligados a la ruralidad, la vinculación de esta a la escuela, funcionando como
ente socializador en el desarrollo del conocimiento y la adquisición de
habilidades que le permitan a los estudiantes una participación adecuada dentro
de la sociedad, para responder a las necesidades y las exigencias propias de
cada individuo. Reyes & Westein (1994) sobre los
estudios de las familias rurales, constatan la falta de atención en la solución
los temas urgentes y de los problemas que tiene asociado vivir en la ruralidad.
Difiriendo de esa postura casi universal, debido a que debe haber inclusión de
todas las esferas sociales a los estudios que puedan identificar falencias y
fortalezas para potenciar en cada situación; en este sentido, las sociedades
rurales también pueden aportar al conocimiento significativamente, aunque se
pueden encontrar dificultades que afecten el buen desarrollo de estas
sociedades.
Desde una
perspectiva sociológica, la escuela en las comunidades
rurales aportan a la cohesión social, debido al papel activo que debe
desempeñar, protagonizado por los diferentes actores educativos a través de una
organización pedagógica ajustado a sus características (Abós,
2015). de este modo, la escuela ayuda a la unidad y la integración social en
las comunidades rurales, involucrando a los educadores, los estudiantes, padres
y comunidad en general, sus metodologías de enseñanza deben ser adaptadas a las
características específicas de las comunidades; no se trata solamente de educar
sino, fortalecer las comunidades para responder las necesidades.
Existe un factor
que determina el aprendizaje en las escuelas rurales unitarias, donde un solo
docente debe “manejar” cinco más grupos en el aula de clases, condicionando la
enseñanza y el aprendizaje de dichos estudiantes; al respecto, Jiménez (2010)
señala, que el tiempo y el espacio son esenciales a la hora de pensar la
escuela. Para De la Vega (2021), el
contexto geográfico de la ruralidad permea las relaciones sociales y
culturales. Ello debe tomarse en cuenta a la hora de organizar los procesos
educativos desde la escuela. Los maestros deberán considerar estos elementos
para desarrollar su rol educativo.
3.
Aprendizaje dialógico en la ruralidad
La necesidad de
priorizar el diálogo entre el estudiante y el docente se hace indispensables en
la construcción del conocimiento, aún más en los sectores rurales que son más
vulnerables en relación a lo urbano; es fundamental en la academia incentivar
la participación activa, la atención y la colaboración en el aula para
encontrar puntos destacados en los temas que se estén tratando.
Docentes y
estudiantes tienen un rol decisivo al momento de emprender el largo camino del
conocimiento, este no fluye en una sola dirección, se construye a través del
compartimiento de ideas, a través de las conversaciones reflexivas. “Aunque, su
concepción como un aspecto integral en la actitud de los docentes y,
posteriormente, en la conversación en clase, no ha sido suficientemente
analizada” (Rapanta, et. al2021, p. 4). De este modo,
se presentan desafíos que deben ser abordados desde la criticidad de los
actores educativos, ser conscientes de las situaciones problémicas, analizar
sus causas para encontrar soluciones dialógicas y comprender su complejidad con
el fin de ir tomando correctivos o, mejorando los ejercicios de diálogo.
Es importante
señalar la significancia de “los discursos pacifistas en la escuela son
efectivos cuando se asientan en una práctica educativa que soluciona los
conflictos existentes en su seno, y por tanto, supera
también sus causas” (Vargas & Flecha, 2000. p. 81); se hace necesario un
diálogo convincente capaz de solucionar conflictos. Prieto & Duque (2009)
señalan hincan la mirada en la importancia de las motivaciones y de los
estudiantes para aprender. Situación que no siempre se tiene en cuenta. La vida
de los educandos está llena de unos saberes que se toman como base para el
aprendizaje significativo, el conocimiento se puede construir socializando y
comunicando de manera respetuosa entre pares. El conocimiento surge del diálogo
y la interacción; sin ellas, no hay posibilidad de aprendizaje verdadero
(Freire, 1970).
El lenguaje y
comunicación a los que alude Chomsky (1988) surge una idea, la capacidad de
adaptación, respeto y entendimiento, indispensable para la participación en los
contextos interculturales propios de los cambios que la humanidad procesa en su
devenir histórico, no se hace parte de una cultura estática; por el contrario,
se es más activo y cambiante lo que obliga a la adaptación contextual. Aunque
según Prieto y Duque (2009), siempre se puede aportar conocimiento y por ello,
es importante la interacción con otras personas. “El diálogo y la argumentación
constructiva se concibieron como la base para fomentar una actitud dialógica
inclusiva por parte de estudiantes y docentes” (Rapanta,
et al. 2021, p. 4). En el ejercicio del dialogar de manera constructiva y
horizontal, hace notar que “cuanto más inclusivos se muestran los docentes en
su discurso, más estudiantes imitan esta estrategia con sus compañeros” (Rapanta, et. Al. 2021, p. 9). De ahí la importancia de
practicar con el ejemplo se transforma en una función transformadora de cada
individuo y para sociedad. Por eso, el maestro juega un papel fundamental
dentro de este proceso, la escuela debería aportar desde la pedagogía
estrategias para ir cerrando las desigualdades sociales; esta conjugación ayuda
a disminuir la distancia que separa a la escuela, la familia y la comunidad,
promoviendo un mayor aprendizaje del alumnado.
El
aprendizaje dialógico recoge las principales implicaciones que el giro
dialógico de las sociedades tiene para el aprendizaje, superando así antiguas
concepciones de la enseñanza y el aprendizaje como las concepciones objetivas y
constructivistas que fueron elaboradas en y para la sociedad industrial. (Valls
& Muté, 2010. p. 12)
El aprendizaje
dialógico está basado en el diálogo y la interacción como herramienta
fundamental en el aprendizaje, no solo entre el docente y el docente; sino, con
todo el ecosistema del cual está rodeado buscando la transformación curricular
y la adaptabilidad a las exigencias de la sociedad actual.
En
lugar de centrarse en lo que un estudiante no sabe hacer y en el discurso de la
queja (“esa niña viene de un contexto familiar muy difícil, es normal que le
cueste escribir bien”, “no saca buenas notas porque no sabe bien nuestra
lengua, no se le puede pedir más”), el aprendizaje dialógico parte de la
inteligencia cultural, no solo de todos los y las estudiante sino también de
todas las personas adultas con las que el alumnado se relaciona. (Valls &
Muté, 2010. p. 13)
Desde este punto
de vista, las comunidades de aprendizaje desempeñan un papel fundamental, se
aprovecha la aportación de cada uno de los individuos con los que el alumnado
se relaciona en su contexto, tratando de encontrar la forma de superar los
vacíos que los estudiantes tienen, estos pueden ser académicos o de
comportamiento y en algunos casos emocionales; se busca contribuir a la
transformación de las experiencias escolares de los estudiantes y encontrar
mayor sentido al acto de aprender. Las actuaciones de éxito que se llevan a
cabo en la escuela se convierten en un importante instrumento para hacer
realidad los sueños.
López (2023)
hace referencia a:
Las
brechas y rezagos en educación que existen en ciertas comunidades, y que, en
Colombia debido a la violencia, el conflicto social, el abandono por parte del
estado hace que esta problemática se agudice en la educación en la ruralidad
que es donde más se evidencia. (p.7)
En este sentido
se busca desarrollar e implementar habilidades que potencien la enseñanza y
propicien aprendizajes mediante las cuales los estudiantes puedan obtener
conocimientos de si mismos, de sus compañeros,
docentes y miembros de todo el entorno educacional.
Ahora bien, para
comprender la educación rural en Colombia, se hace necesario centrar la
atención en el modelo Escuela Nueva que surge en la década de los setenta como
una alternativa para mejorar los problemas de acceso a la educación primaria
por parte de la educación rural (Cadavid, 2021). Algunos alumnos son
escasamente reflexivos en clases, realizan mecánicamente las operaciones
básicas de matemáticas sin reconocer en qué tipo de problemas las debían
utilizar como herramientas de solución (Juárez & Lora, 2018), sin embargo,
la diversidad es un elemento clave en el planteamiento pedagógico del aula
inclusiva, también lo son otros componentes didácticos, que han regido la
escuela rural y posibilitan el desarrollo de prácticas inclusivas (Boix, 2021),
desde otro punto de vista, la integración de la tecnología en la escuela rural
ha permitido la renovación de las prácticas pedagógicas a través de nuevos
enfoques metodológicos, reduciendo el aislamiento, promoviendo una educación
abierta e inclusiva para la mejora de las oportunidades en los territorios
rurales (Carrete y Peñafiel 2023).
CONCLUSIONES
Las políticas de
convivencia escolar buscan fomentar entornos seguros, respetuosos, para que el
aprendizaje fluya adecuadamente, resolviendo los conflictos a través del
diálogo, enfocados en las necesidades de las comunidades, por lo que debe haber
unas políticas educativas claras plasmadas en los Proyectos Educativos
Institucionales, donde se vele por la dignidad y los derechos de los educandos.
La integralidad en el proceso educativo busca la promoción de la convivencia
escolar pacífica y armónica con el fin de formar ciudadanos respetuosos de la
ley y capaces de resolver conflictos de manera pacífica.
El estudio de la
convivencia escolar y el aprendizaje dialógico en la ruralidad ha permitido
ahondar en la comprensión de estos contextos y favorecimiento de los procesos
escolares, participación y transformación de saberes con sus debilidades y
fortalezas; el aprendizaje dialógico se convierte en una herramienta
fundamental para el fortalecimiento de la convivencia escolar en los entornos
rurales, donde las dinámicas las relaciones interpersonales juegan un papel
fundamental en la construcción del conocimiento.
En este sentido,
la convivencia escolar no puede desligarse de los contextos rurales, como la
cercanía entre los actores educativos (docentes, familia, comunidad) y la
necesidad de adaptar los procesos pedagógicos a las realidades contextuales de
la ruralidad. El aprendizaje dialógico, promueve la participación activa de la
comunidad educativa, indispensable para construir espacios de dialogicidad fomentando el respeto, la empatía y la
resolución pacífica de conflictos escolares, lo que ayuda a la promoción de una
convivencia armónica.
La integración
del aprendizaje dialógico en la convivencia escolar en la ruralidad representa
una oportunidad para la transformación e innovación de las prácticas
educativas, permitiendo la democratización y la adaptación de los saberes
pedagógicos a estos contextos.
La educación
rural presenta un escenario trascendental en la formación integral de los
estudiantes, donde niños y docentes se posicionan como actores fundamentales en
el proceso de enseñanza-aprendizaje, son estos el futuro de las comunidades
rurales, su educación trasciende de los conocimientos académicos, implicando la
transmisión de valores culturales, sociales y éticos, propios de los entornos
en zona de ruralidad; el cuidado de la naturaleza, el pareció por la diversidad
de su entorno, esencial para las prácticas y saberes ancestrales, promoviendo
un desarrollo integral en los niños y niñas en edad de escolaridad.
Por otro lado,
los docentes son los mediadores y facilitadores del proceso educativo en la
ruralidad, su labor se sale del aula para involucrarse activamente en la vida
comunitaria como actores de cambio y cohesión social. Los docentes rurales
tienen el desafío de fomentar una educación contextualizada y significativa
para sus estudiantes, demostrando capacidad de adaptación y creatividad para
brindar una educación de calidad; son el referente de liderazgo y ejemplo para
sus estudiantes, motivándolos a alcanzar sus metas y fortaleciendo el tejido
social.
Finalmente, la
convivencia escolar y el aprendizaje dialógico visto desde la ruralidad,
permite ir subsanando la brecha de desigualdad entre el casco urbano y la zona
rural desde el aspecto educativo, buscando la reflexión de estas comunidades,
la aceptación de las falencias en los entornos e ir subsanando en la medida que
se vaya analizando cada situación que amerite una mejora apoyados en los
procesos escolares.
Una reflexión
trascendental en la correlación que hay entre la convivencia escolar y el
aprendizaje dialógico en contextos rurales es la reafirmación e importancia de
enfoques participativos en educación, se evidencia la necesidad de repensar las
políticas de convivencia escolar en Colombia desde una mirada más inclusiva y
contextualizada. Como es bien sabido, las estrategias actuales buscan la
promoción de una cultura encaminada hacia la paz en las Instituciones
Educativas rurales, enfrentando desafíos estructurales como la falta de
recursos y la poca capacitación al cuerpo de docentes. Queda plasmado en este
artículo, que la integración del aprendizaje dialógico en las políticas de
convivencia escolar en la ruralidad podría fortalecer la resolución de conflictos
y la construcción de comunidades educativas con mayor cohesión. Sin embargo,
queda pendiente la exploración de estrategias concretas para su implementación
a gran escala, lo que abre la puerta a investigaciones y programas adaptados a
las particularidades de la educación rural.
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