Septiembre - diciembre 2021 - Volumen 3 - No. 9 ISSN: 2708 - 7794

ISSN-L: 2708 - 7794

Pp 253 261

                                                                                                                                                 

 

Los valores éticos y morales de los docentes universitarios de la carrera de Educación Inicial

The ethical and moral values of the university teachers of the Children Education career

 

 


Holger Enrique Zapata Jaramillo

hzapata@umet.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-8664-0188

Universidad Metropolitana, Quito, Ecuador


Azucena Monserrate Macías Merizalde

amacias@umet.edu.ec

https://orcid.org/0000-0003-4517-2175

Universidad Metropolitana, Quito, Ecuador


 

 

 

| Artículo recibido en junio 2021 | Arbitrado en julio 2021 | Aceptado en agosto 2021 | Publicado en septiembre 2021

 


Resumen

Los valores éticos y morales, desde siempre han sido el eje central en el actuar de cualquier individuo, especialmente en las relacionadas con el accionar docente, desde esta perspectiva, se considera que cualquier acción ética se encuentra ligada a reglas morales universales, siendo la clave para afrontar los retos del siglo XXI, que precisamente se centra en una educación en valores. La carrera de Educación Inicial de la Universidad Metropolitana, ha centrado sus esfuerzos en la construcción, no solo de un profesor para niños, sino de un ser humano capaz de fomentar esos mismos valores en sus futuros estudiantes, quienes serán los nuevos actores sociales de este siglo, en este contexto, el docente universitario será siempre un agente ético y moral, con integridad académica, que juega un papel trascendental en la formación de los futuros profesionales, los que posteriormente tomaran las riendas del desarrollo económico y social del país.

 

Palabras clave: Valores; ética; moral; docencia; formación

 

Abstract

Ethical and moral values have always been the central axis in the actions of any individual, especially in those related to teaching actions, from this perspective, it is considered that any ethical action is linked to universal moral rules, being the key to face the challenges of the 21st century, which precisely focuses on an education in values. The Initial Education career of the Metropolitan University has focused its efforts on the construction, not only of a teacher for children, but also of a human being capable of promoting those same values in their future students, who will be the new social actors of this century, in this context, the university teacher will always be an ethical and moral agent, with academic integrity, who plays a transcendental role in the training of future professionals, who will later take the reins of the economic and social development of the country.


Keywords: Values; ethics; morals; teaching; training


 


 


INTRODUCCIÓN

La educación se la considera como una de las herramientas más importantes que el ser humano pueda poseer para enfrentar el mundo actual, por lo tanto, el proceso de enseñanza - aprendizaje debe ser efectuado con precisión y eficacia para formar entes activos para la sociedad, siendo el docente el encargado de dotar a los estudiantes no solo con destrezas para alcanzar el conocimiento, sino que fortalece y crea valores en él, aspectos que favorecerán en el momento de enfrentarse con la sociedad.

Con la finalidad de establecer un estudio más profundo de los valores éticos y morales, partimos desde la filosofía de Kant, quien establece los valores morales desde la moralidad  misma  en  el sentido del quehacer diario, estableciendo lo moral como el “ideal” de la práctica profesional. Y desde este punto  de  vista,  nos  planteamos las siguientes interrogantes: ¿Son  los  docentes el espejo en el cual observan sus valores sin importar la asignatura que imparten? ¿El docente universitario intensifica la enseñanza de estos valores en sus estudiantes?

Para responder a estas interrogantes, pasamos por la filosofía práctica de Lotze y Nietzsche, llegando hasta los neokantianos Windelband y Rickert, quienes brindan la pauta del estudio de la ética en las distintas profesiones, desde el análisis de la “Teoría de los valores”, o también llamada “Axiología”, que se centra en el estudio de los valores y juicios valorativos.

(Walther, 2016) menciona el rol importante del docente universitario al fomentar la ética y los valores profesionales en sus estudiantes, ya que estos reconocen o tienen una percepción de lo que su profesor trata de transmitir, y desde la experiencia educativa dentro de la universidad, se puede decir que cada uno de los alumnos se lleva algo de sus maestros, sea esto bueno o malo para su propia práctica dentro del campo profesional.


En conclusión, se puede decir que, la “humildad, afectividad, valentía, tolerancia, capacidad de decisión, búsqueda de la justicia, tensión entre paciencia e impaciencia, parsimonia verbal y alegría de vivir” de las cuales habla Paulo Freire, son esas cualidades que están concatenadas estrechamente por los valores que debe poseer todo ser humano, lo que a su vez lo convierte  en un ser integro, es decir con una ética y moral sólidas.

DESARROLLO

La creciente desvalorización de los valores por parte de la sociedad, y el vivir en un ambiente en donde el bien común no es más importante que el bien individual, nos lleva a una profunda reflexión sobre que estamos haciendo los maestros para fomentar los valores éticos y morales en nuestros estudiantes. (Zeledón Ruiz & Aguilar Rojas, 2020) mencionan que “la educación es la llave para una vida digna, es un proceso de auto y co-realización personal y social, de interacción y desarrollo de todas las potencialidades creadoras”, pero sin la aplicación de la moralidad, no se puede hablar de un potencial o un buen profesional.

El vertiginoso crecimiento que ha tenido la tecnología en el último siglo ha proporcionado herramientas de todo tipo para el desarrollo del trabajo docente dentro del aula,  especialmente de los universitarios, con el fin de potenciar las habilidad y destrezas tanto cognitivas como motrices de los estudiantes, y estas herramientas han sido principalmente las tecnológicas.

De tal forma que (Espinoza Freire, Tinoco Izquierdo, & Sánchez Barreto, 2017) señalan que “el docente del siglo XXI se caracteriza por su compromiso con: la capacitación y superación permanentes, con el aprendizaje de sus alumnos y en este empeño es un investigador en la búsqueda de las soluciones a los problemas pedagógicos”, pero más allá de todas las características mencionadas, el docente debe estar  enfocado  en el refuerzo de los valores éticos  y morales de sus estudiantes, quienes serán los futuros profesionales de las diferentes instituciones, tanto educativas como de otros ámbitos.

García Retana (2011) refiere que el currículo a implementar en un modelo educativo basado en competencias deberá integrar competencias para el aprendizaje permanente, la convivencia y la vida en sociedad; definiendo este último tipo de competencia como  la capacidad para decidir y actuar con juicio crítico frente a los valores y las normas sociales y culturales, permitiendo promover ejes transversales que permitan actuar al individuo con respeto a los demás, a la diversidad, combatiendo el racismo y la discriminación.

(García López, Verde Peleato, & Vázquez, 2011)   mencionan  que   “el   reto  actual   de   la educación superior consiste en asumir plenamente la educación en valores de la ética civil como principio rector de la acción educativa y considerar a las universidades como auténticos centros de ciudadanía”, lo cual implica claramente que no solo se necesita del conocimiento científico o técnico, sino también de los valores humanos, del saber convivir como sociedad, donde el respeto sea el eje central de los ciudadanos.

 

Definiciones.

Para comenzar vamos a revisar lo que menciona la (RAE, 2020), quien nos dice que la ética “son un conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores”, es decir, dirige el accionar de cada uno de los seres humanos según sus propios valores.

Tomando como referencia a (Savater, 1991), también podemos encontrar que, la ética es la forma de vida que tenemos los seres humanos para elegir como vivir nuestra vida, con la capacidad de creer lo que es bueno o lo que es malo, es decir existe esa tan llamada y anhelada libertad, que muchos la llevan al libre albedrio, la cual nos conduciría, como un barco sin timón, a un naufragio inminente.

Para Moore (1995, p.4),  citado por (Bieger & García, 2016), define a la ética como “palabra de origen griega, con dos orígenes posibles: la primera es el vocablo griego éthos, que puede ser traducida por costumbre; la segunda también se escribe éthos, que significa propiedad del carácter”, es decir el carácter y la actitud que pueda tener el hombre, o su forma de reaccionar frente a cualquier situación, y obviamente, según sus propias costumbres.

(Araos San Martín, 2003), luego de realizar un estudio profundo sobre la ética de Aristóteles, enuncia que, “el saber ético es la capacidad de deliberar rectamente acerca  de lo que es bueno y conveniente, no en un sentido parcial, sino en un sentido integral, para llevar una vida lograda y buena”, lo cual indica que la ética no solo habla de lo ético como lo bueno o lo malo que puede creer una persona, según su criterio parcializado, sino reconoce lo bueno o lo malo desde la integralidad del ser mismo, desde la búsqueda de la felicidad del yo interior como lo menciona Aristóteles.

Del mismo modo, Kant explica que existe una lucha interna del hombre para decidir entre lo que es moral y lo que no lo es, es decir que siempre se debe ver lo que conviene y lo que no, donde el papel definitivo lo tiene la razón mas no los sentimientos, o como se diría en el argot popular “la razón no pide fuerza”, lo cual claramente se ve reflejado en cada uno de los actos que realizamos en nuestra vida diaria, los cuales deben estar direccionados por la ética.

De hecho, al adentrarnos en la definición de moral, nos damos cuenta de que ética y moral van de la mano, ya que tienen un mismo significado “costumbre”, la primera que procede del griego y la segunda, la cual su definición, proviene del latín, pero en ambas situaciones se trata del respeto por las leyes, sean estas terrenales o las que se nos viene dadas como personas. Y aunque para muchos lo bueno es correcto, para otros, lo malo está bien, y esa es su ética con la cual se rigen, aunque este fuera de la ley o fuera de lo moral.

La moral según la  (RAE,  2020)  “es  todo lo perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva”, por lo tanto, el ser humano se rige por un conjunto de normas, por códigos o por principios, que tienen como objetivo equilibrar o dirigir la conducta humana, todo esto en función de aquellos valores, inculcados desde el seno materno o desde las aulas, que conducen al bien común, y por tanto, al vivir en armonía plena.

Consecuentemente (Etxeberria,  2020) define a la moral como “el conjunto de valores, normas e instituciones de una sociedad que son merecedores del reconocimiento general, que vinculan a sus miembros a través de ideales compartidas, obligaciones y prohibiciones”. Desde la educación  superior  debemos  ser  partícipes, e involucrar a toda la comunidad educativa, a compartir los ideales de respeto por los valores tanto éticos como morales, sin que estos sean afectados por aquellos sujetos de escasa moral que van en contra del accionar cotidiano.

 

Deontología ética.

Cuando hablamos de la deontología ética, nombramos a (Labajo González, 2017) quien menciona que la ética deontológica es aquella que se aplica en el campo profesional y se basa en argumentos morales, la cual exige actuaciones y procederes propios de un profesional, regidos por un marco legal que establece mínimos de comportamientos sociales, donde también se establece un principio de autonomía, es decir que las personas son libres de actuar y comportarse a su libre albedrío, siempre y cuando se responda por las acciones o consecuencias de este accionar.


Definitivamente la deontología ética permite al ser humano actuar libremente, según sus valores o creencias, y hasta según su cultura, siempre que esto se encuentre apegado a la ley. Y aquí cabe rescatar lo establecido por (Ruiz, 1985) quien expresa que, “el hombre desde los primeros años de su existencia va creciendo con las ideas de bien y de mal, que le son inculcadas por sus padres y reafirmadas (o a veces modificada) por la sociedad en que vive”.

Hay que resaltar que el accionar y proceder de un docente debe estar basado en los principios éticos y morales que rigen la conducta humana y profesional. A decir de (Espinoza Freire, Tinoco Izquierdo, & Sánchez Barreto, 2017) y (Rojas Artavia, 2011), el docente además de poseer el conocimiento técnico y científico, también debe tener ciertas cualidades y características para poder desempeñarse adecuadamente en su  rol de guía del conocimiento. Por consiguiente, es necesario revisar estas cualidades:

 

         Responsabilidad: este valor se encuentra estrechamente ligado con la vocación docente hacia su labor, dado que el ser docente implica puntualidad para el cumplimiento  de sus actividades, comprender  el currículo o    planificación    de    estudios,    motivar  el aprendizaje, ser consciente de las necesidades y problemáticas de cada uno de sus estudiantes, y sobre todo ser capaz de utilizar una metodología que permita que el estudiante logre ese aprendizaje significativo del que tanto se habla.

         Respeto:  los  códigos  deontológicos   se fijan   mucho  en   aspectos   fundamentales y sustanciales como este, y debe ser visto desde  la  perspectiva  generalizada,  es  decir promover la no discriminación y la concientización de los derechos y deberes que se tiene como ser humano, así mismo como docente debe respetar la diversidad cultural, persono lógicos, genero, etc. defendiendo y potenciando la libertad y la interculturalidad.

         Paciencia: una de las más grandes virtudes que posee el docente, la  cual  conlleva  al ser humano, en general, a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien. La paciencia está basada en la sabiduría y el autocontrol que el individuo posea, consecuentemente, los docentes permiten que el proceso educativo se armoniosamente, no solo por el trato que  este pueda tener con los estudiantes y padres de familia, sino también  con todos los compañeros de trabajo.

         Empatía: valor que posibilita el poder comprender y entender los sentimientos de los individuos en diversas situaciones, un docente empático tiende a ver más allá del resultado final en una determinada actividad, regularmente los exámenes y aptitudes  de los estudiantes preguntándose en la causa para poderlo ayudar siendo un proceso que posibilita tener una buena relación con los educandos.

         Generosidad: el docente se caracteriza por ser magnánimo, su naturaleza le permite dar sin pedir nada a cambio, es decir realizar la enseñanza de acuerdo con las  necesidades de los estudiantes (correcta elección de estrategias, métodos, recursos y técnicas de enseñanza).

         Justicia: el respeto que caracteriza al docente se centra en la capacidad de reconocer y actuar conforme a los derechos y obligaciones de las personas, un docente justo vela y atiende toda la diversidad que tiene en su aula, permitiendo a sus estudiantes mejorar sus destrezas y habilidades, tanto cognitivas como motrices.

         Amabilidad: entendida como el valor que reflejada la cortesía, compasión y afecto hacia los demás, lo que tributa en la armonía del entorno social lo que potencia la adecuada adquisición de conocimientos en caso de la educación.

         Así mismo, los antes mencionados son valores que todo individuo debe poner en práctica en su diario vivir, especialmente los docentes, pero al mismo tiempo existen valores que nacen a raíz de la vocación que posee el maestro, y del fiel ideal de ser un agente del cambio positivo en la sociedad.

         Creatividad: si algo caracteriza al  docente, es la creatividad. Este es uno de los valores más sobresalientes del ser humano ya que este propicia el crear e innovar en diferentes ámbitos para cumplir con un objetivo, el docente debe ser creativo para hacer del proceso de enseñanza - aprendizaje  más dinámico y divertido,  potenciando así el aprendizaje significativo, siendo el juego la herramienta más usada en la actualidad, en esta nueva era tecnológica.

         Resiliencia: en esta época de pandemia,  donde el estrés, la ansiedad, y en muchos casos, la desesperación han estado presentes, la  resiliencia  se  ha  convertido  en   un valor esencial para poder sobreponerse a momentos críticos que hemos vivido, y al mismo hecho de poder adaptarse al nuevo contexto, o experimentar alguna situación inusual e inesperada que se pueden haber presentado desde la virtualidad, cuando el docente imparte su clase con la utilización de diversas medios y recursos tecnológicos a los cuales no estaba acostumbrado.


         Cooperación: la capacidad del trabajo en equipo es primordial, puesto que los problemas o las actividades se realizan mejor al tener una gran diversidad de opiniones, obteniendo así mejor resultados. Este valor es una de las bases por las cuales los docentes comparten información, no solo con sus colegas, sino con toda la comunidad educativa para mejorar la calidad de la educación, puesto que esto es un trabajo en conjunto que conlleva a la mejora diaria de la sociedad.

         Entusiasmo: valor estrechamente relacionado con la motivación que tiene una persona ante determinados escenarios, permitiendo que  el proceso de interactuación educativa  se dé armoniosamente incluso convirtiendo al estudiante en un ente más activo de su propio aprendizaje.

         Flexibilidad: las nuevas tendencias educativas implican que  el  docente  se  pueda  adaptar a las nuevas metodologías de enseñanza, aplicando una gran diversidad de actividades, modificando dándole  un  nuevo  rumbo a lo que ya está planificado, siempre en la búsqueda del bienestar estudiantil.

 

Relatos de los  docentes  y  estudiantes  de la carrea de educación inicial de la Universidad Metropolitana.

Dentro de la carrera de  Educación  Inicial de la Universidad Metropolitana, se planteó una interrogante, tanto a los 6 docentes como a los 60 estudiantes sobre los valores éticos y morales que se profesan, dentro de las aulas como fuera de ellas. La pregunta va encaminada hacia conocer si se han presentado situaciones donde se hayan visto vulnerados dichos valores, la consulta que se realizo fue la siguiente:

¿Desde su experiencia como docente en la carrera de Educación Inicial, en alguna ocasión han vivido o experimentado, dentro del ámbito educativo o áulico, momentos que estén fuera de todo contexto ético y moral?

El Dr.C Ignacio García, menciona  que,  en la carrera  de  Educación  Inicial perteneciente a la Universidad Metropolitana del Ecuador, tanto estudiantes como docentes constituyen un ejemplo del cumplimiento de las normas éticas de la profesión. Es destacable el respeto que los alumnos profesan a sus  docentes  viceversa, el comportamiento de ambos en el espacio áulico está en correspondencia con  la conducta a observar por profesores en ejercicio,  y en formación.

También indica que, en las clases se respira un ambiente armónico, en el que el conocimiento se produce bajo la guía de los profesores. En el momento de los debates, los estudiantes  piden  la palabra y respetan el orden establecido por el docente para su participación, la actitud es de respeto por el criterio de sus compañeros de aula, sin dejar de emitir el suyo propio, de tal forma, han aprendido que en la comunicación no debe atacarse a otra persona.

En las prácticas preprofesionales que realizan los estudiantes en los diferentes centros infantiles de la  Ciudad  de  Quito,  ponen  de  manifiesto la ética aprendida en clases, despliegan sus aprendizajes en función de los niños en la primera infancia y les transmiten conocimientos a partir de la formación recibida y del respeto por sus características etáreas. La comunicación con las familias de los niños en función de sumarlos al apoyo en todo sentido del desarrollo de destrezas en los infantes ha sido evidencia fehaciente del trabajo ético de las estudiantes aún en formación. Una dimensión muy importante de la ética pedagógica lo constituye la relación entre los docentes que forman el colectivo de carrera. En este sentido se manifiesta una solidaridad y una armonía absoluta, existe cohesión total a la hora de compartir las diferentes tareas y los debates colectivos se realizan con amplia interacción. Las preparaciones metodológicas, los intercambios científicos y el desarrollo de las actividades de vinculación, son muestra de ello.

De igual manera la Dr.C Raisa Bernal manifiesta que, desde su llegada a la carrera, en el año 2017, desde el punto de vista ético y moral, nunca ha observado nada que este fuera de este contexto, más bien siempre ha existido armonía, tanto con los compañeros de trabajo como con los estudiantes, en todos los procesos sustantivos que se manejan dentro de la carrera, y a manera de broma menciona “yo jamás he sabido de nada, a menos que no me haya enterado, y mejor que fue así”, lo cual indica que estos 4 años que lleva laborando, todo se ha manejado de manera armónica y con respeto.

La Dra. Azucena Macías, refiere que el trabajo que se ha realizado con los docentes y estudiantes de la carrera de Educación Inicial, ha favorecido para profundizar lo que piensa cada uno de los actores educativos que pertenecen a este claustro académico sobre cómo se maneja el proceso de enseñanza - aprendizaje, desde una perspectiva ética y moral, lo cual es beneficioso para una relación favorable entre la comunidad educativa, que permitan llevar a cabo el cumplimiento satisfactorio de los objetivos propuestos por la misma universidad.

Teniendo en cuenta lo expresado por los docentes Cortina (2003), citado por (Liñan Cuello, Manjarres Fragozo, & Aron Zubiria, 2017), mencionan que:

La necesidad de una ética organizacional constituye un requerimiento para las organizaciones en general, las cuales a través de una relación coherente con su entorno interno como externo, pueden articular de manera creativa, de forma responsable, su filosofía en concordancia a su cultura, lo cual asume al pensamiento en congruencia con la voluntad, dentro de su acción gerencial y operativa, es decir, un ejercicio garante de su vida a largo plazo, en la incansable búsqueda de la excelencia (p. 104).

La articulación de los aspectos mencionados por los autores, permiten un correcto desempeño docente, y desde el punto de vista administrativo, esto ayuda a que el  accionar  de  los  maestros se enfoquen en la búsqueda de la excelencia académica, siempre con esa mirada hacia el correcto actuar de cada uno de los actores del ámbito educativo.

Por otra parte, se realizó la misma encuesta  a los estudiantes de la carrera, con el propósito de conocer como ha sido su experiencia, desde  el contexto estudiantil, con los docentes de educación inicial, en cuanto al respeto de los valores éticos y morales, para esto se aplicó la siguiente interrogante:

¿Desde su experiencia como  estudiante universitario, indique si en alguna ocasión han vivido, dentro del ámbito educativo o áulico, momentos que estén fuera de todo contexto ético y moral, tanto con los docentes como con los compañeros de clase?

Los relatos de los estudiantes confirman lo manifestado anteriormente por los docentes, quienes indicaron  que todo se ha manejado desde el ámbito del  respeto,  por  consiguiente, se  evidencias  las  siguientes  respuestas  de una pequeña muestra  de todos los alumnos encuestados:

Cristina, estudiante  de séptimo semestre, relata lo siguiente, “yo de mi parte no he tenido ningún problema  en  la  universidad,  siempre he destacado el respeto por parte de todos los maestros dentro de clases y en la virtualidad al igual que mis compañeras siempre apoyándonos en todo momento”. De igual forma, Camila indica que, “por mi parte jamás he tenido ningún tipo de inconveniente con ningún profesor, tampoco problemas con mis compañeros, creo que cada una tiene un punto  de vista diferente,  pero siempre hemos guardado ese respeto para opinar sobre algún tema”.


 


Por otro lado, Wendy replica que:

No he tenido algún problema,  pero si considero que es sumamente importante que el maestro tenga una buena ética - moral, ya que de eso depende y habla muy bien de cómo el maestro es dentro del área escolar, porque como alumnos debemos tener un trato  igualitario  ya  sea  por la razón social, económica, etc. Es importante que el maestro tenga una  buena  relación  con sus alumnos, y ser ese guía que sirva de mucho para la enseñanza - aprendizaje, de tal modo que podamos conocernos mutuamente y si tenemos algún problema no divulgarlo, sino saber sobre llevar ese problema con discreción.

Erika comenta que, “Dentro de la institución he podido notar  la  calidad  de  mis  docentes en cuanto a las clases impartidas, ya que cada uno de ellos me han demostrado la capacidad, humanidad y empatía”.

Para Genesis, el desempeño académico de sus docentes le ha dejado una grata experiencia, y menciona lo siguiente:

Dentro de mis años dentro de esta prestigiosa institución, he vivido momentos centrados siempre en la formación integral basada en la adecuada adquisición de conocimiento y el fortalecimiento de los valores, tanto éticos como morales, sin duda alguna la etapa universitaria ha sido una de las más gratificantes de mi existencia, pues mis docentes en conjunto con las autoridades y mis compañeros han hecho de esta aventura, un subir y bajar de emociones,  pues  siempre hay retos que debemos superar, sobre todo en el inicio de la adquisición de nuevos conocimientos profesionales, algo que volvería a repetir.

Esto es una pequeña remembranza de los relatos que se han obtenido, tanto de los maestros como de sus alumnos, quienes han dado comentarios favorables sobre la puesta en práctica de los valores éticos y morales, al ser estos los que definen la forma de vivir de una persona y del actuar de un profesional, sobre todo si este es un docente.

De ello resulta necesario decir que el individuo al vivir en sociedad se convierte en un agente activo que debe ser dotado de destrezas, conocimientos y valores que potencien su adecuado desempeño integro, y por lo mencionado, es fundamental que en las instituciones educativas los docentes posean valores morales y éticos para orientar a los estudiantes en su proceso de adquisición de conocimientos y en la toma de decisiones para su vida.

 

CONCLUSIONES

El accionar ético de los docentes deben ir encaminados hacia una enseñanza, no solo de calidad, sino también de calidez, manteniendo siempre una mirada  hacia  el  estudiantado, como futuros docentes que luego tendrán en sus manos la ardua tarea de seguir formando a las generaciones venideras dentro del contexto de los valores y el respeto hacia los demás.

La práctica docente tiene un vínculo muy estrecho con la moral, puesto que viene envuelto en normas aceptables que ejercen una influencia en la conducta del estudiante, y que además se establece en un compromiso vivencial que se rige no solo de las normas escritas, sino también, que se acompaña de un compromiso efectivo que sigue lineamientos en cada una de las acciones centradas en hacer siempre lo correcto por sí mismo y con el conglomerado social

Es responsabilidad del docente el cumplimiento pleno de sus tareas académicas, impartiendo sus clases de manera  eficiente, efectiva y eficaz, ya que el accionar ético, no solo se centra en decirle al estudiante como debe comportarse dentro y fuera del aula, sino que el maestro siempre sebe ser el ejemplo o el espejo en el que ellos se miren para el futuro.

Como docentes de la carrera de Educación Inicial, somos los llamados a renovar cada día ese compromiso con nuestra comunidad estudiantil en reforzar y darle jerarquía a los valores éticos  y morales que deriven en una alta orientación,


 


no solo en lo profesional sino también en lo humano, centrando nuestros esfuerzos en la búsqueda permanente  de una sociedad más  justa y equitativa, donde el respeto, la solidaridad y la empatía sean el camino para formar los formadores del mañana.

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